Ganadería

Yendo del campo al feedlot

La llegada a los corrales implica una situación nueva para los animales, diferente dieta, sanidad y condiciones de hacinamiento. Se debe respetar la adaptación para lograr la mejor conversión en menor tiempo

El cambio que sufren los animales al pasar del campo a los corrales representa un tipo de estrés que no se puede evitar y que se manifiesta principalmente con pérdidas de peso y hasta con la muerte de algunos animales; en general, los más susceptibles son los que están recién destetados. Algunas medidas de manejo pueden minimizar estos efectos y entre ellas encontramos que:

Todo trabajo debe hacerse con animales descansados y para ello conviene programar las tareas para después de 24 hs de su descarga. Calculemos que estos animales generalmente llegan después de recorrer cierta distancia en donde seguramente previo a ello han sido corraleados, vienen cansados, a lo mejor hace rato que no toman agua y desconocen el lugar adonde llegaron, su rutina, ruidos, etc.

Debemos recibirlos en corrales de recepción con suficiente espacio (unos 20 m2), de buena pendiente,  bien drenados y alejados de los corrales de engorde. Necesitan bebederos limpios, de rápido llenado y comederos con suficiente espacio para evitar la competencia, además de rollos de buena calidad. En época de altas temperaturas, la sombra es fundamental. Además, lo mejor es que la manga este pegada a este corral de recepción: debe ser cómoda, techada preferentemente y de buen diseño, para poder trabajar tranquilos y con la hacienda lo más tranquila posible (sin perros).

Al llegar, seguramente los animales vienen inmunológicamente deprimidos y según sea su procedencia, con mejor o peor cobertura inmunitaria. Entonces lo mejor aquí es la primer clasificación teniendo en cuenta cuestiones como la mencionada recién, respecto de su procedencia e historia previa: establecemos así un semáforo, que tendrá color verde para las tropas de animales en buen estado general, que son de procedencia conocida (o incluso propia) con un plan sanitario también conocido y que recibieron su última vacunación, preferentemente 10-15 días antes de llegar. Las tropas que se califican de color amarillo, son la que llegan en una condición regular, que sabemos vienen de lejos, corraleados en ferias o locales de remate, o tal vez son terneros de destete precoz, por citar un caso. El color rojo se lo damos a las jaulas que llegan con animales en muy mal estado de salud, flacos, con animales comprometidos, débiles, alguno que llega caído, muy corraleados, de los que no se conocen muchos datos, vienen de muy lejos y hace muchos días que han salido de su lugar de origen.

El plan sanitario a aplicar y según el color asignado, será:

La observación e identificación del animal enfermo para su posterior tratamiento en un corral lazareto, es fundamental  durante los primeros días y para ello es imprescindible contar con personal capacitado.

En cuanto a la adaptación a las raciones del encierre a corral, es importante disponer de una estrategia que debe cumplirse metódicamente si se quieren evitar los trastornos que pueden generar las dietas que contienen mucho grano. Durante este período, vamos agregando gradualmente el contenido de granos, mientras que la proporción de forraje va en disminución, buscando que el aparato digestivo se vaya adaptando de a poco. El vacuno que viene del campo, no posee un rumen adaptado a fermentar y digerir dietas con alto contenido de almidones. Precisamente durante este tiempo, deben adaptarse para el trabajo fermentativo, tanto las bacterias (microflora) como la funcionalidad de las paredes del rumen y el hígado que será quien procese y degrade los metabolitos que se generen.

En terneros provenientes de destete precoz es posible hacer ciclos más cortos, empezando con 30% de fibra y usando como fuentes de proteína, subproductos derivados de la soja (por su alto valor biológico).

En estos primeros días hay que andar con mucho cuidado, sobre todo en lo que a consumo se refiere, porque depende mucho del grado de estrés que tengan los animales, el tipo de calificación que hayan tenido al arribo de la tropa (por colores, como se explicaba antes), el ambiente, la calidad de la ración, etc. Si el consumo es a discreción habrá que controlar posibles casos de acidosis. Para ello es imprescindible la recorrida de los corrales 2 veces al día efectuando la lectura de comederos y bostas, tomando medidas correctivas cuando el % de diarreas supera el 3%.

Algunos puntos importantes para recordar:

- Descanso de 24 hs antes de cualquier maniobra, para disminuir el estrés.

- Corrales secos y alejados de los de engorde, con 20 m2/animal.

- Rollos de calidad.

- Clasificar las tropas al arribo y asignar el plan sanitario según su condición.

- Acostumbrar el rumen a las raciones energéticas con mucho grano, durante 3 semanas.

- Recorridas diarias y mucha observación, para detectar los animales enfermos y/o que no se adaptan a la ración o el sistema a corral y para prevenir los casos de acidosis.

- Personal idóneo y con criterio para llevar a cabo estas tareas.

En momentos en donde es fundamental andar muy fino en cada proceso de la producción de carne a corral para que los números finales cierren, respetar las 3 semanas que lleva el período de adaptación a una ración con elevado contenido energético nos evitará pérdidas de dinero por tratamientos prolongados, por animales que no se “adaptan” a las dietas, de manejo porque hay que andar siempre “corriendo” detrás de los problemas, evitando las sorpresas y logrando que los animales alcancen la mejor conversión de grano en carne y completen su engorde en los plazos previstos.

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