"Más personas consumen más calorías, proteínas y grasas y dependen de un conjunto cada vez más reducido de cultivos como el trigo, el maíz y la soja, junto con la carne y los productos lácteos para la mayor parte de su dieta", señaló Khoury en diálogo telefónico desde la ciudad de Cali, Colombia, donde tiene su sede el CIAT.
La difusión mundial de una dieta estándar puso a disposición de más poblaciones más comidas pero a costa de la diversidad de los cultivos locales y esta uniformidad aumenta el peligro de crisis alimenticias debidas al cambio climático o la propagación de pestes de los cultivos.
Trabajo de investigación
Khoury y Luigi Guarino, el otro autor del estudio y científico del Fondo para la Diversidad Global de Cultivos, publicaron sus conclusiones ayer en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Los científicos estudiaron cuáles son los productos agrícolas básicos en la dieta a nivel nacional y encontraron que, entre 1961 y 2009 las dietas se tornaron cada vez más similares.
Los cultivos ahora predominantes en las dietas en todo el mundo incluyen algunos que ya eran importantes medio siglo atrás, como el trigo, el arroz, el maíz y la papa. Pero el estándar emergente de suministro alimenticio global consiste también de alimentos con alto contenido de energía como la soja, y los aceites de girasol y de palma.
El trigo es un cultivo básico mayor en el 97,4% de los países y el arroz en el 90,8%, dijo Khoury. La soja se convirtió en un alimento significativo en el 74,3% de los países. "En cambio muchos cultivos considerados de importancia regional, como el sorgo, el mijo y el centeno, al igual que cultivos como la patata dulce, la casava y la batata perdieron terreno", añadió.
La mayor parte de los cambios en la agricultura, para atender la creciente globalización de una "dieta occidental" con elevado contenido de calorías, ocurre en Asia y en África, pero aún en Colombia, por ejemplo, hubo una disminución de los cultivos de banana, plátano y casava", dijo Khoury.
Esta evolución de la dieta global tiene implicaciones para la agricultura en la producción, y para la nutrición. "Creemos que cuando más gente consume una dieta globalizada más se extiende la cosecha de unos pocos cultivos en todo el mundo y disminuye la diversidad en los sistemas de producción", continuó el investigador.
La uniformidad hace que la agricultura sea más vulnerable a las enfermedades de las plantas, y a los efectos del cambio climático, como las sequías, que afectarán a más gente en todo el planeta.
También nutrición
Desde el punto de vista de la nutrición, señaló Khoury, la creciente dependencia en unos pocos cultivos también puede acelerar el incremento global de la obesidad, las enfermedades cardiacas y la diabetes, males afectados por los cambios dietéticos y que se han convertido en grandes problemas de salud pública. "Los países que experimentan cambios dietéticos rápido también ven incrementos rápidos en las enfermedades asociadas con la sobre abundancia", apuntó Khoury.
Sin embargo Khoury añadió que hay algunas tendencias positivas como el caso del norte de Europa "donde hay indicios de que los consumidores tienden a comprar más cereales y vegetales y menos carne, aceites y azúcar"