Los inspectores del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) llegan a Uruguay una vez por año para auditar el sistema de certificación de Uruguay que lleva a cabo la empresa Certicarnes, perteneciente al Instituto Nacional de Carnes (INAC) y donde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca oficia de fiscalizador.
“Es un proceso complejo porque hay certificaciones en la etapa de faena de los animales, en el desosado y a nivel de los posteriores embarques”, recordó a El País el director de la Dirección de Control de Calidad del INAC, Ricardo Robaina.
Los chilenos utilizan un sistema de tipificación de carcasas sumamente exigente y Uruguay viene cumpliendo con éxito todos sus requisitos, pues es un antiguo proveedor de Chile.
Los inspectores llegarán a Uruguay para revisar registros, pero a la vez auditarán el procesamiento de la carne en algunas de las plantas habilitadas para exportar a ese destino.
“Hasta ahora hemos sorteado las anteriores auditorías y seguimos trabajando de la misma manera”, explicó Robaina, en cierta media, descartando problemas. Todavía no está definido cuáles serán los frigoríficos que conformarán las inspecciones.
Con una fuerte competencia de la carne paraguaya, las ventas de delanteros uruguayos hacia Chile cayó 35% en un año, tomando como base los datos del INAC generados hasta el pasado 23 de noviembre y comparándolos con los de igual período de 2012; se embarcaron 16.039 toneladas peso canal contra 24.677 toneladas peso canal. Pero es con Chile donde en las últimas semanas se consiguió un gran logro. El país transandino habilitó el ingreso de carne ovina con hueso, mostrando una gran confianza en la sanidad y en las certificaciones que realiza Uruguay.