Los productores se preocupaban por sus presupuestos, los economistas por los ingresos fiscales y los traders por el impacto de la sequía sudamericana en la soja de Chicago. La Presidenta anunciaba en noviembre 2011 fondos para riego y agregaba que con biocombustibles producir ya no tendría problemas.
Durante el año subió la soja. Llegó la lluvia. Bajó el área de trigo, vinieron las inundaciones y las malas cosechas de la fina. Las expectativas de rindes de gruesa son buenas, con previsiones por siembras demoradas por lluvia en algunas zonas y por seca en el NOA. Baja el precio de la soja. La retención de vientres se modera. En el medio quedaron las ideas de riego y en el cajón los proyectos de biodiésel por los cambios en las reglas de juego.
El año 2012 empezó en febrero con tres palabras mudas, que ni siquiera se oyeron en el audio del acto del Bicentenario de la Bandera en Rosario, pero marcaron el clima político hasta hoy: "¡Vamos por todo!" anunciaba la Presidenta como plan de su nueva gestión. Enseguida llegó la estatización de YPF, la batalla de la ley de medios se convirtió en guerra y la Justicia en campo de batalla, las provincias ahogadas subieron el inmobiliario, la inflación se disparó, las restricciones cambiarias se convirtieron en cepo, el dólar siguió atrasado y el blue explotó.
Construido el polvorín cada uno fue poniendo una mecha. Hubo 13-S y 8-N caceroleros, hubo 7-D oficialista travestido a 9-D festivalero y hubo 19-D gremialista. Como el 21-D Maya pintaba medio tranquilo, el Gobierno decidió adelantarse y provocar al campo, a la oposición y a la justicia con un 20-D confiscatorio mientras se realizaban saqueos en supermercados de varias ciudades.
En este clima de tensión comienza un 2013 electoral. Será un año estratégico porque el resultado de las elecciones legislativas determinará el margen de maniobra y los equilibrios de poder para las elecciones de 2015. El sector agropecuario será seguramente uno de los actores sociales de relevancia en este proceso, y el Gobierno parece decidido a llevarlo a un compromiso más parecido al que tuvo en 2009 que al de 2011.
Las primeras escaramuzas no son definitorias, pero tampoco inocentes. El 27 de diciembre hablaron en el predio de Palermo Eduardo Amadeo, Carlos Brown, Patricia Bullrich, Alfredo de Angeli, Rubén Ferrero, Héctor Flores, Federico Pinedo y Gerónimo Venegas. La tribuna estaba abierta. Las presencias dicen tanto como las ausencias. El 3 de enero una asamblea en la Sociedad Rural de Azul convocaba en 72 horas a 500 productores por el tema del predio y la agenda se abría a los problemas comerciales, climáticos e impositivos. Todo un mensaje para afuera y para adentro del sector.
El amparo concedido por la Cámara Federal y el documento de la Mesa de Enlace llamaron a la paz social y al diálogo y frenaron la escalada. La actitud de las gremiales es madura. Siempre es un gesto responsable darle una posibilidad más al diálogo aunque sea esperar contra toda esperanza. La actitud de las gremiales es estratégica. Frente a una agenda diversa hay que unificar discursos y revalidar la representatividad que el ministro les niega. Una ronda de asambleas por el interior será un buen ejercicio para ambos objetivos. Con un porcentaje bajo de la soja nueva vendida y el gobierno ansioso de divisas no debería ser la Mesa de Enlace la que pierda la paciencia. Ya vendrán el cálculo de bienes personales y las primeras cuotas de inmobiliario para tensar de nuevo el ambiente.
Los años 2008 y 2009 les enseñaron tanto al ruralismo como a la oposición que la construcción de alternativas se logra con unidad. Las divisiones internas en 2010 y 2011 ratificaron esa lección. El año 2013 pondrá a prueba los aprendizajes..
Por Guillermo Bernaudo
