Mientras aquí se sucedían los días feriados, los operadores del mercado de Chicago definieron una fuerte corrección bajista de los precios de la soja. En una semana, el valor de la próxima cosecha argentina se redujo en 1.500 millones de dólares. El grano cotizó ayer a 507 dólares por tonelada, 30 dólares por debajo de lo que valía el miércoles pasado.
Este bajón tiene varias explicaciones. La de fondo es que está avanzando a buen ritmo la cosecha en esta región: salvando algunos problemas, será exitosa y alcanzará para saciar la demanda internacional. En Brasil van por el récord de 82 millones de toneladas. Aquí –según confirmó ayer la Bolsa de Rosario– se aguardan 48 millones. Como argumento adicional Chicago tomó nota ayer de la posible cancelación de compras desde China, la aspiradora mundial de soja. Y sus precios cerraron 1% abajo.
En realidad, los valores de la soja (y también del maíz) vienen desinflándose desde hace varias ruedas. Pero como aquí no hubo operaciones la corrección fue mucho más brusca. Ayer, en el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA), la posición Abril 2013 se desplomó de 327 a 314 dólares, casi 4%. En el mercado físico, donde los valores se traducen a pesos, la soja disponible se pagó 1.550 pesos. El año pasado, los productores llegaron a cobrar 1.900 pesos.
Los 30 dólares de pérdida por tonelada se calculan respecto de los 335 dólares de hace una semana. Multiplicados por la cosecha esperada (cerca de 50 millones de toneladas), implican una desvalorización de casi 1.500 millones de dólares. Son divisas que dejarían de ingresar al país, pues 95% de la soja tiene como destino la exportación. Para tener una idea del impacto, hay que decir que las cerealeras liquidaron cerca de 4.000 millones en lo que va del año.
El impacto de esta corrección en los precios de la soja es mayor, por cuanto los productores sembraron la soja que hoy cosechan (en setiembre de 2012) con precios cercanos a 600 dólares por tonelada. Entonces también se calculaba una producción mayor a los 48 millones de toneladas que se esperan ahora. Pero por obra y gracia del clima, quedaron en el camino cerca de 7 millones de toneladas.
