Las lluvias que se reportaron durante el fin de semana en regiones agrícolas de la Argentina aliviaron al maíz y la soja de la campaña 2014/2015, que necesitaban más agua para evitar pérdidas de rendimiento, dijo ayer un experto climático.
Casi un tercio de los cultivos sembrados están atravesando el período decisivo de floración, por lo que se temía que pudieran registrarse daños a la producción si no llovía pronto en áreas que estaban demasiado secas.
"El fin de semana llovió muy bien en la zona de influencia de Río Cuarto (en la provincia de Córdoba), que era un área que estaba muy seca, así que con eso se acomodaron muy bien los cultivos", dijo a Reuters Germán Heinzenknecht, experto de la Consultora de Climatología Aplicada.
Córdoba es la segunda mayor provincia agrícola de la Argentina y una extensa escasez de lluvias, sumada a las altas temperaturas del verano amenazaban con dañar a la soja y el maíz en esa región.
Pero con las precipitaciones recientes -que también alcanzaron a las provincias agrícolas de Santa Fe y Entre Ríos- entre el 70 y el 80 por ciento de los cultivos del país se encuentran en condiciones muy favorables, estimó Heinzenknecht.
No obstante, aún hay áreas que siguen golpeadas por la falta de humedad, especialmente el sudoeste de Buenos Aires y el sur de La Pampa. También están sufriendo partes de Chaco y Santiago del Estero, dos zonas marginales del norte del país.
"Esta semana es muy posible que volvamos a repetir (las lluvias), pero en las mismas zonas. O sea que el buen panorama que tiene la zona núcleo se va afianzar, pero para el sur de la región pampeana no hay una perspectiva de lluvias muy abundantes", dijo Heinzenknecht.
El maíz es un cultivo más frágil que la soja; ya su período clave de desarrollo -durante el cual se definen los rendimientos y la calidad de los granos- es más corto que el de la oleaginosa.
La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que en la campaña 2014/15 la Argentina cosechará 55 millones de toneladas de soja y 21,5 millones de toneladas de maíz.
