En el oeste del área agrícola (NOA, Cuyo, oeste de la Región del Chaco y oeste de la Región Pampeana) podría observarse una temporada con fuertes tormentas, que traerán el riesgo de granizo, vientos y aguacero torrenciales, con peligro de desbordes de ríos y arroyos y deslizamientos de tierras.
En el centro y el este del área agrícola (este de la Región del Chaco, Mesopotamia y centro y este de la Región Pampeana) podrían experimentarse síntomas opuestos a los anteriores.
• Condiciones de partida con reservas de humedad moderadas a buenas, pero no del todo abundantes.
• Precipitaciones primaverales algo inferiores a lo normal, que no causarán efectos sensibles pero determinarán que se entre en el verano con reservas de humedad escasas.
• Un régimen térmico con fuertes oscilaciones, pero con bajo riesgo de heladas.
• Precipitaciones estivales inferiores a lo normal que podrían afectar la etapa de formación del rinde de los cultivos estivales. Si, tal como se prevé, las temperaturas de verano se mantienen en un nivel moderado, este efecto negativo seria leve, pero si se producen olas de calor intenso, podría llega a ser severo.
Las irregularidades exhibidas por el agroclima durante las últimas campañas agrícolas, tanto a nivel nacional como internacional, indican que no es prudente hacer cálculos exitistas, y que debe dejarse siempre un margen de seguridad en las proyecciones productivas que se realicen.
Ing. Agr. Eduardo M. Sierra
Especialista en Agroclimatología