Hasta hace poco, la caña de azúcar era la única fuente de origen del etanol que se producía en el país para destinarlo al corte obligatorio del 5% con nafta. Sin embargo, en el presente mes ocurrió un hecho transcendente en la matriz energética argentina: la nafta empezará a mezclarse con etanol proveniente de maíz. La primera compañía que comenzó a comercializar etanol maicero en el marco del cupo interno es la cordobesa Bioetanol Río Cuarto (Bio4).
El proyecto se gestó a raíz de una iniciativa del empresario agropecuario Manuel Ron, quien en 2002, luego de realizar un posgrado en agronegocios, comenzó a imaginar junto con Marcelo Otero (quien, además de productor, es ingeniero industrial) la posibilidad de montar una planta de etanol. Con el tiempo fueron sumando a otros socios del sector, uno de los cuales es José V. Porta, presidente de Porta Hnos., compañía cordobesa dedicada a la elaboración de alcohol, bebidas alcohólicas, vinagre y aceto balsámico (se trata del socio “tecnológico” del emprendimiento). Ninguno de los más de 20 socios actuales tiene mayoría accionaria. El emprendimiento contempla emplear unas 215.000 toneladas de maíz por año para elaborar 50.000 metros cúbicos de etanol y 33.500 metros cúbicos de alcohol etílico (96% de pureza) destinado a la elaboración de bebidas alcohólicas y perfumes. Además de etanol, la planta generará alrededor de 65.000 toneladas anuales de granos destilados húmedos de maíz (Wet Distillers Grains with Solubles o por sus siglas WDGS), los cuales serán comercializados por la empresa distribuidora de subproductos ganaderos James & Son.
Derivados El WDGS tiene un componente de humedad del orden del 65% y, por lo tanto, una vida útil limitada (de apenas una semana en verano y unos días más en invierno). Por tal motivo, disponer de una logística eficiente de distribución es vital para la comercialización del subproducto entre tambos y feed lots. El subproducto, que tiene un contenido proteico en un rango de 28% a 32% en base seca, será comercializado en un radio de hasta 300 kilómetros de la planta de etanol. “Al tratarse de la primera empresa elaboradora de bioetanol a base de maíz, Bio4 puede comenzar a vender el subproducto húmedo. Posteriormente, con la aparición de más industrias, el mercado regional de WDGS podría quedar saturado y entonces sería necesario invertir en una unidad de secado capaz de producir DDGS (Dried Distillers Grains with Solubles) con destino a exportación”, comenta Federico Cola, empresario agropecuario integrante del CREA Carnerillo y socio de Bio4.
Organización La empresa está dirigida por un CEO (Manuel Ron) y cinco directores que representan los intereses de todos los accionistas (uno de los cuales es Federico Cola). “Si bien la mayor parte de los socios son empresarios agropecuarios, muchos trabajan en otros sectores, como el de combustibles, alimentos o agroinsumos; esa diversidad nos permite analizar el negocio desde perspectivas muy diferentes y encontrar soluciones creativas que difícilmente podrían generarse en un solo ámbito del conocimiento”, explica Cola. Hasta el momento, Bio4 originó unas 60.000 toneladas de maíz (muchas de las cuales serán aportadas por los propios socios). “Pero hasta marzo del año que viene, cuando ingrese la nueva cosecha, se necesitarán 60.000 toneladas adicionales, que deberán comprarse en el mercado regional”, apunta Cola.
Proyección Bio4 es sólo el primero de una serie de emprendimientos que transformarán el negocio del maíz en la región central del país. El año que viene se inaugurarán las fábricas de etanol de Promaíz (empresa controlada por Bunge y Aceitera General Deheza) en Alejandro Roca, y de ACA Bio (perteneciente a la Asociación de Cooperativas Argentinas) en Villa María. Además, existen muchos otros proyectos en carpeta. “El surgimiento de la industria del etanol va a modificar el negocio del feed lot en la Argentina, porque mucho maíz que ahora se destina a las terminales portuarias quedará disponible en las zonas de producción transformado en un alimento con alto valor nutricional”, indica Cola. En el área de influencia regional de Río Cuarto, existen muchos campos de cría. Por tal motivo, los técnicos CREA de la zona comenzaron a evaluar el impacto productivo del uso de WDGS en esos sistemas ganaderos. “En el mundo existe muchísima información relativa al uso de subproductos del etanol en feed lots y en tambos, pero no sucede lo mismo con los sistemas de cría”, explica Carlos Peñafort, coordinador regional de los grupos CREA de la zona Centro.
Riesgos Los principales riesgos de una planta de etanol residen actualmente en los cortes de gas –aplicados usualmente al sector industrial durante períodos invernales– y eventuales discrecionalidades al momento de fijar el precio oficial del etanol. De todas maneras, los precios del producto destinado al cupo interno –fijado todos los meses por la Secretaría de Energía– registraron un aumento considerable en el último año, al pasar de 3,81 $/litro en agosto de 2011 a 4,56 $/litro en agosto pasado.
Déficit Desde la entrada en vigencia de la Ley de Biocombustibles (Ley 26093), ocurrida a comienzos de 2010, el corte obligatorio de etanol con nafta al 5% jamás llegó a cubrirse por completo por falta de oferta del biocombustible. Se espera que en los próximos años la oferta de etanol maicero contribuya a suplir ese déficit.
El maíz desplaza a la caña Según lo determinado por la resolución 5/12 de la Secretaría de Energía, en mayo de 2013 deberían producirse en la Argentina 50.888 metros cúbicos mensuales de etanol, de los cuales 31.095 tendrían que generarse en plantas abastecidas con maíz o sorgo.
La implantación de maíz está a punto de largarse en la zona núcleo con excelentes condiciones hídricas en los perfiles. La intencionalidad de siembra se recuperó pero parece haber encontrado el límite y de las casi 1,2 M de has sembradas el año pasado se cultivarían ahora 950 mil has.
Se quejó por las restricciones norteamericanas que impiden el ingreso de productos ganaderos nacionales. “las limitaciones aplicadas no tienen justificación científica”
1 Sep 2012
