Forte destacó que, a pesar de algunas señales iniciales positivas, como la desburocratización y la apertura de ciertos mercados, la inflación y un dólar poco competitivo han frenado el avance esperado.
"Comenzamos con la esperanza de una mejora, pero la inflación erosionó cualquier posible beneficio del tipo de cambio. Tenemos un mercado externo muy demandante de carne, pero eso no se traduce en rentabilidad para el productor local. Cada venta de ganado significa una pérdida de entre 100.000 y 120.000 pesos debido a las retenciones y a un dólar que no acompaña nuestra competitividad", lamentó Forte.
El ex presidente del IPCVA expresó su preocupación por la falta de mejoras estructurales que permitan al sector ganadero capitalizar las oportunidades internacionales. "El mercado interno está devastado. No podemos esperar un aumento en el consumo cuando la pobreza y la falta de poder adquisitivo son una realidad para más del 50% de la población. Si el principal cliente no tiene recursos para comprar alimentos, no hay industria que pueda sostenerse", afirmó.
Consultado sobre las expectativas para el próximo año, Forte se mostró pesimista y señaló que las políticas actuales, tanto internas como externas, no favorecen el crecimiento ni el desarrollo del sector. "El control cambiario, las retenciones y la falta de un dólar competitivo son trabas que no se están solucionando", agregó.
Para Forte, la solución pasa por encontrar un punto medio entre el mercado y la intervención estatal. "El mercado es esencial, pero debe ser regulado por un Estado que ordene sus irregularidades. No se trata de intervención excesiva, sino de lograr que el sistema sea justo y funcional para todos los actores", concluyó, enfatizando la necesidad de un equilibrio entre lo público y lo privado para recuperar la dignidad y la competitividad del sector.