Como consecuencia de diferentes accidentes climáticos, la próxima cosecha de uvas sería un 18,6% menor a la registrada el año pasado.
Según el último pronóstico del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), difundido ayer, se estima una cosecha de 23,31 millones de quintales. De concretarse esa estimación, la próxima vendimia sería la tercera más baja de la última década, después de la registrada en 2009 (21,9 millones de quintales) y en 2012 (22,5 millones).
La producción será, además, más baja que el promedio de los últimos años, estimado en 26,3 millones de quintales, como consecuencia de accidentes climáticos. Entre las razones, Guillermo García, presidente del INV, organismo que regula el sector, bajo la órbita de Agricultura, destacó las heladas en forma tardía, que afectaron a las vides; los vientos cálidos durante la floración; las altas temperaturas, los daños por granizo y el déficit hídrico.
En una conferencia de prensa en Mendoza, García precisó que, en el caso de esa provincia, la baja en la cosecha es de 17% contra 2013, a 16,48 millones de quintales. En San Juan, la segunda provincia productora de uvas, la caída fue mayor, de 25%, a 5,4 millones.
“San Juan fue muy afectada por la helada, sobre todo las variedades tempranas, que se destinan a uvas en fresco y a pasas. Están preocupados porque perdieron parte importante de la producción de esos tipos de uvas, porque el frío las afectó cuando estaban brotando. En el caso de las uvas destinadas a vinos, la caída fue similar al promedio de Mendoza”, comentó Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola (UVA), una de las cámaras del sector.
En el caso de Mendoza, fue más afectado el Este y el Sur de la provincia, donde la disminución superó el 20%, mientras que en otras zonas, como Valle de Uco o Luján de Cuyo, se estima que la vendimia sería similar a la del año pasado.
A pesar de que la cosecha será baja, por el momento no se teme una escasez de vinos, ya que los stocks existentes son altos. “Se trata de una baja producción, pero en un momento como este, donde se había acumulado stock por la pérdida de competitividad, al estancarse las exportaciones, no es tan mala noticia para productores de uvas y tenedores de vinos, que reciben precios similares desde hace dos años. La menor cosecha mejora la expectativa de precios para ellos, explicó Villanueva.
Según el gerente de UVA, hoy hay unos 5,4 meses de stock de vinos, cuando lo ideal suelen ser 4 meses. No es un stock “inmanejable”, aclaró, pero, de esta manera, “la menor cosecha sirve para descomprimir stocks y precios, en un contexto complejo, de fuerte suba de precios de insumos por la devaluación”.
Economías regionales
Triste realidad para la uvaSerá una de las peores cosechas de la historia. En Mendoza se prevé una vendimia un 17% más baja, mientras que en San Juan será un 25% menor que el año pasado
4 Feb 2014
4 Feb 2014