De acuerdo a lo previsto, los últimos datos oficiales confirman la severidad de la recesión económica en el primer semestre, con una contracción acumulada de 12,9% respecto a los primeros 6 meses de 2019.
En efecto, más allá de que hubo un crecimiento mensual de 7,4% respecto a junio, la actividad sigue alejada de los niveles previos a la pandemia (12,9% por debajo de febrero) y persisten dudas sobre el ritmo de la recuperación, fundadas no solo en la evolución de la pandemia y las medidas sanitarias sino también, y posiblemente en mayor medida, en aspectos preocupantes de la política económica.Continúa aumentando el déficit fiscal y su potencial impacto inflacionario
Si bien se advierte una leve desaceleración en relación a los meses previos, el déficit fiscal primario de julio superó los 155 mil millones de pesos y continúo abultando el acumulado de 2020, que en siete meses equivale a 4% del PBI. El déficit financiero por su parte superó los 189 mil millones de pesos y ya acumula un 5% del PBI.
Los ingresos del fisco mejoraron en julio, pero aún crecieron mucho menos que la inflación, aumentando tan solo 16% respecto a julio del año pasado. La contracara se dio por el lado del gasto, que con una expansión de 59% interanual contribuyo al aumento del déficit fiscal primario, que se espera superará fácilmente el 7% del PBI hacia fines de 2020.
Más preocupante aún es que, nuevamente, casi todo (96%) el déficit financiero haya sido cubierto con emisión monetaria del Banco Central, lo que profundiza aún más los riesgos de rebrotes inflacionarios y de retrasar la recuperación de la actividad. Esto se percibe en el mercado cambiario, donde más allá de los fuertes controles y restricciones, la brecha entre la cotización oficial del dólar y la de los mercados paralelos es muy elevada, generando incentivos que profundizan un drenaje de reservas que se viene acelerando desde julio.
Ante esto, es un error asumir que el problema de la falta de dólares y el del déficit fiscal no están relacionados; más que la escasez de divisas, el problema es el fuerte exceso de pesos que requiere financiar un Estado desbordado y desfinanciado.
Por ello, un programa fiscal que establezca un ordenamiento racional y planificado del Estado podrá resolver las tensiones entre las cuentas públicas y las cuentas externas; de esa manera se logrará transmitir la confianza necesaria para dinamizar la actividad económica y también avanzar en reformas de segundo orden que apunten a la generación de divisas del sector productivo.
Los precios mayoristas de julio comienzan a reflejar presiones inflacionarias
La evolución del mercado cambiario y el exceso de pesos en la economía llevó a que los precios mayoristas tuvieran una aceleración en su crecimiento durante julio, que de acuerdo al INDEC presentaron un incremento de 3,5% mensual, con subas similares tanto en los productos nacionales como los importados (de 3,5% y 3,9%, respectivamente). Aun cuando estos resultados no necesariamente prevén un traslado directo a los precios afrontados por los consumidores, ante los crecientes desequilibrios fiscales y monetarios se espera un aumento de la inflación minorista para agosto y el resto de 2020.
Informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba