Una caída de la cosecha de la Argentina, el tercer proveedor mundial de maíz, afectaría el comercio internacional del grano en momentos en que Estados Unidos, el principal productor del cereal, está recortando su participación en la actividad exportadora.
Una reducción de los embarques argentinos de maíz golpearía principalmente a Asia, que depende de las ventas del país entre abril y julio, cuando las reservas mundiales del grano tienden a alcanzar puntos bajos antes de la cosecha en Estados Unidos.
También podría amenazar la estabilidad política en mercados emergentes, al recortar la oferta de alimentos en Oriente Medio y el norte de África, donde la inseguridad alimentaria ha contribuido a las crisis políticas de los últimos años.
"Si los precios del maíz caen, lo que sucederá a medida que Estados Unidos se aproxime a su cosecha 2013, la Argentina y otros países exportadores de maíz como Brasil, Sudáfrica y Ucrania podrían quedar fuera del negocio por lo menos durante la próxima campaña", dijo Martín Fraguío, director ejecutivo de MAIZAR, entidad que agrupa a la cadena comercial del maíz.
Los productores en el núcleo agrícola iniciarán la siembra del maíz de 2013/14 en septiembre, cuando sus pares estadounidenses estén recolectando lo que se espera que sea una cosecha récord de 360 millones de toneladas del cereal.
La nueva oferta podría hundir los precios del grano argentino a entre u$s 100 y u$s 120 por tonelada, desde los u$s 165 actuales.
"Con ese precio, el 80% de las zonas de producción de maíz en la Argentina tendrían márgenes de ganancia negativos y muchos productores tendrían que sembrar más soja", dijo Pablo Adreani, director de la consultora Agripac.
La producción de soja ha crecido exponencialmente en las últimas décadas en la Argentina. No obstante, la siembra de maíz es clave para la rotación de cultivos, que garantiza la presencia de minerales para la producción agrícola.
La peor sequía en décadas en Estados Unidos provocó un enorme baja de 100 millones de toneladas en la oferta internacional de maíz el año pasado, lo que despertó temores a una crisis alimentaria a nivel mundial.
El fuerte despegue de los precios transformó al maíz en un cultivo rentable en la actual campaña 2012/13, a pesar de los límites a la exportación del cereal que aplica el Gobierno y al alza de los costos de producción provocada por una elevada inflación.
El costo de semillas y fertilizantes para el maíz es muy superior al de la soja. Con una inflación que analistas privados estiman cercana al 30% para 2013, una de las tasas más altas del mundo, los menores costos de producción son un gran incentivo para pasar del maíz a la soja.
Además, están las restricciones a las ventas al exterior que el Gobierno aplica para asegurar el abastecimiento de maíz en el mercado local. Las cuotas de exportación varían de acuerdo con el volumen de producción previsto por las autoridades, lo que hace difícil para los agricultores planificar su siembra.
"Estas políticas oficiales incompetentes, sumadas a una alta inflación y al hecho de que el maíz requiere cantidades relativamente altas de fertilizantes y otros químicos, apuntan a una caída en la siembra de maíz 2013/14", dijo David Hughes, que administra miles de hectáreas en la provincia de Buenos Aires.
En la Argentina, la implantación de maíz cuesta alrededor de u$s 490 por hectárea, frente a u$s 320 en el caso de la soja, un cultivo cuya exportación paga un impuesto del 35%, pero que no está limitada por el Gobierno. La ausencia de cuotas para la soja la convierte en una opción más confiable para los productores.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la Argentina recolectaría 26,5 millones de toneladas de maíz en el actual ciclo y 51,5 millones de toneladas de soja.
El USDA estima que en el ciclo 2013/14 Estados Unidos producirá 369 millones de toneladas de maíz, muy por encima del récord de 332,5 millones de toneladas alcanzado en 2009. La sequía que se registró el año pasado en el país norteamericano afectó su cosecha, que terminó en 273,8 millones de toneladas.
Históricamente, los rendimientos de maíz argentino son alrededor de un 30% más bajos que los del cereal estadounidense."Si Estados Unidos consigue una buena cosecha de maíz y los precios caen por debajo de u$s 150 por tonelada en nuestro mercado, el área sembrada con maíz va a marcar un mínimo histórico, especialmente porque nuestros costos -transporte, mano de obra y maquinaria- están subiendo", dijo Hughes.