Las empresas internacionales de maquinaria agrícola llevaron este año a La Rural sus nuevos modelos de fabricación nacional, no necesariamente porque sea eso lo que al gobierno nacional más le gusta ver de ellas, sino porque son los únicos productos que están en condiciones de entregar. Otro dato a tener en cuenta es que con respecto al primer trimestre del 2008, la venta de maquinaria agrícola importada en el mercado local disminuyó 75,5 por ciento.
Por eso a partir de anuncios de inversión que, según el Ministerio de Industria que comanda Débora Giorgi, totalizan los $ 2.200 millones, firmas como John Deere, New Holland, entre otras volvieron a tener stock de productos seleccionados, que exponen en la 126´ Exposición Rural.
Después de más de dos años de restricciones a las importaciones de estos bienes, medida que el gobierno nacional instauró mucho antes de las actuales vedas al ingreso de productos en general, los concesionarios presentes en el predio palermitano volvieron a tener consultas y armar presupuestos, aunque más no sea por los pocos modelos con que cuentan hasta el momento.
El sector está, además, embarcado en la tarea de llegar al fin de 2012 con un 20% de los componentes de sus maquinarias de origen nacional, proporción que se comprometieron a elevar al 60% para el cierre de 2013.
En el caso de New Holland, su matriz, Fiat, está invirtiendo u$s 100 millones para fabricar tractores y cosechadoras en su planta de Córdoba, donde ya comenzó la primera fase de producción.
En el stand de la marca en la feria se exhibe el tractor TD75F (75 cv) para cultivos frutales, y la cosechadora CR9060 (354 cv y 10.600 litros de capacidad de tolva).
La entrega de estos productos es inmediata, recalcó Gabriel Tronchoni, responsable de Marketing de New Holland Argentina.
John Deere, que anunció el año pasado una inversión de u$s 130 millones en su planta de Santa Fe , expuso en la muestra los tractores de producción nacional 5725 y 5045 DTS. Los cinco concesionarios que asistieron a la muestra con la firma atendieron consultas permanentemente. Se concretaron algunos negocios, reconoció uno de ellos, aunque los vendedores se miraban de reojo, disputando en algunos casos a los clientes, que no sobran.
La decisión de compra se demora por la incertidumbre, explicó Tronchoni. En buena parte, por los resultados menos auspiciosos del volumen de cosecha este año pero también, por el cepo al dólar, reconoció.
De las 1.000 cosechadoras que se esperaba se vendieran en el país este año, los pronósticos ya están por debajo de los 700 equipos a nivel global.
JULIETA CAMANDONE