Las innovaciones tecnológicas aplicadas a la agricultura que estarán disponibles en los próximos años permitirán reducir los costos de producción y serán decisivas para responder a la creciente demanda mundial de alimentos.
Esas son las principales predicciones de tres científicos que recibieron en esta ciudad el Premio Mundial a la Alimentación 2013 por sus investigaciones en ingeniería genética aplicada a la agricultura. Ellos son Marc Van Montagnu, de Bélgica, y Mary-Dell Chilton y Robert Fraley, de los Estados Unidos, que disertaron en el foro "Borlaug Dialogue", creado en memoria del patólogo y productor Norman Borlaug, premio Nobel de la Paz de 1970 tras haber salvado del hambre a millones de personas tras por sus descubrimientos en trigo.
"Hoy, en un tractor de un farmer de Iowa hay más tecnología que en las naves espaciales que llegaron a la Luna", afirmó Fraley, responsable de tecnología de la compañía semillera Monsanto, que participó del equipo que desarrolló la soja transgénica a principios de la década del noventa.
Entre las innovaciones que estarán disponibles en los próximos años, se destacan las variedades de maíz y soja resistentes a sequía y con mejores condiciones de enfrentar a los insectos y a las malezas, explicaron los investigadores a periodistas invitados por Crop Life International.
Van Montagnu dijo que, al haber descifrado el genoma de las plantas en los últimos años, los científicos disponen de un volumen gigantesco de datos que les permiten conocer el comportamiento de los cultivos. Además, añadió, la reducción a la mitad de los tiempos del mejoramiento genético de las plantas por el uso de computadoras y robots, tarea que antes se hacía manualmente, ayudará a resolver problemas que hoy tiene la agricultura en todo el mundo.
Resistencia
Pero el optimismo de los científicos contrasta con la resistencia a los avances tecnológicos de los gobiernos de la mayoría de los países de Europa y África, que no autorizan la siembra de cultivos genéticamente modificados (GM).
Gabriela Cruz, productora de Portugal, explicó que en su campo redujo el consumo de agua, combustibles fósiles y agroquímicos, tal como lo exigen las autoridades de la Comisión Europea, tras haber aplicado siembra directa y el manejo integrado de plagas. Sin embargo, al no autorizar los cultivos GM, dijo que la mayor parte de la agricultura europea es dañina con el medio ambiente por destruir la materia orgánica al arar el suelo, y abusar de los fertilizantes y agroquímicos.
En tanto, al referirse al aporte de la tecnología en la agricultura, el productor argentino Santiago del Solar explicó que gracias a la adopción de la siembra directa, que permite un mejor almacenamiento del agua del suelo, el daño de las sequías fue menor. Al mismo tiempo, los maíces BT soportan en mejores condiciones que los cultivos tradicionales los ataques de insectos que se multiplican con el exceso de humedad y calor.