La Inspección General de Justicia presentó una nota en la AFA suspendiendo por 90 días las elecciones que debían realizarse el próximo 30 de junio y nombró dos veedores aduciendo irregularidades administrativas y económicas. Estos son el abogado Luis Tozzo y la contadora Catalina Dembitzky, aunque la idea es nombrar una Comisión Normalizadora con tres miembros del Gobierno (se chimenta que serían Fernando Marín, la diputada Graciela Ocaña y el empresario de medios Daniel Vila), aunque el Gobierno sólo reconocería como suyo a Marín, porque Ocaña ingresaría por una ONG y Vila como empresario independiente. A estos se le sumaría un miembro de la FIFA y uno de la Conmebol, si es que aceptan el convite.
Todo esto tiene que ver con que el Gobierno no quiere que la AFA quede en manos de Hugo Moyano o de Claudio "Chiqui" Tapia y quiere hacer la Superliga cambiando algunos artículos del reglamento general y el estatuto, para que los clubes se puedan convertir en Sociedades Anónimas Deportivas.
En la AFA, ayer sólo estuvo el secretario ejecutivo Damián Dupelliet, quien envío un pedido de recurso de amparo para evitar esta intervención, pero hoy se va a hacer normalmente la reunión de Comité Ejecutivo y, según anticipo Dupelliet, este podría suspender el fútbol y traer de vuelta a la selección nacional, que está en Estados Unidos para jugar la Copa América Centenario. También le mandaron una carta a la FIFA y a la Conmebol para que arbitren sus respectivos reglamentos y adviertan al Gobierno que si interviene tendrán una suspensión mundial de afiliación a ambas entidades.
Fuentes del Gobierno dicen que la FIFA no va a intervenir y hablan de una comunicación teléfonica entre el presidente, Mauricio Macri, y el titular del ente rector del fútbol mundial, Gianni Infantino. Aunque el suizo no tiene el poder que tenía su predecesor Josep Blatter, y depende mucho de su Comité Ejecutivo y de la Comisión de Ética, por lo que es difícil que en Suiza se coman esta píldora intragable: que la intervención no es una intervención, sino una normalización administrativa.
Por el lado de la Conmebol, su presidente, Alejandro Domínguez, ya se expidió en contra de cualquier intervención y llamó a los gobiernos de los 10 países a cumplir con la reglamentación de Conmebol, porque si no las asociaciones (en este caso la AFA) sería desafiliada, por lo que la Selección no jugaría la Copa América Centenario, pero tampoco Boca podría jugar las semifinales de la Copa Libertadores.
Lo cierto es que, como prometió Daniel Angelici en la última reunión de Comité Ejecutivo, el Gobierno jugó a fondo para que Moyano no llegue al poder de la AFA y esto va más allá de la Superliga (que se iba a hacer de cualquier manera), sino que tiene que ver con el manejo de fondos y del poder y la popularidad que da el fútbol. En el Gobierno no quieren a Moyano, pero tampoco quieren a Tinelli, porque no los encuentran "confiables".