El área sembrada marcó un nuevo récord en el ciclo 2014/15 y el Gobierno prevé una histórica producción de 58 millones de toneladas. Pero el extraordinario volumen de agua que cayó en medio del sofocante verano amenaza con desinflar esas perspectivas.
"Yo estoy tomando una pérdida de 600.000 hectáreas, o su equivalente de 2,5 millones de toneladas", dijo Pablo Adreani, director de la consultora Agripac, que redujo a 55,5 millones de toneladas su pronóstico previo de 58 millones para la cosecha, que está a punto de comenzar. "Las pérdidas son en los terrenos bajos o medio bajos y aquellos campos que con la inundación pierden 'stand' de plantas y rendimientos", añadió.
Los temores de un recorte de la producción argentina como consecuencia de las inundaciones han impulsado levemente en las últimas semanas los precios internacionales de la soja en el mercado de futuros de Chicago. Pero la Argentina de todos modos registraría una cosecha muy abundante, que superaría el récord de 53,4 millones de toneladas alcanzado en la campaña previa.
La zona más azotada por los excesos de agua es el centro-norte de Córdoba donde sólo el mes pasado cayeron 300 milímetros de lluvia, que lo convirtieron en el febrero más húmedo desde 1960.
En esa región hay alrededor de 500.000 hectáreas de soja que están anegadas, aunque las pérdidas no serán totales sino que generarán mermas en los rendimientos, dijo Germán Heinzenknecht, experto agrícola de la Consultora de Climatología Aplicada.
Debido a que los problemas climáticos aún son muy recientes, algunos analistas son más cautos respecto del daño que causarán a la cosecha. "El impacto del exceso de agua puede darse o bien por la pérdida en rinde (rendimiento) o por superficie no cosechada. Hoy, muy preliminarmente, creo que puede estimarse en 1 millón de toneladas", calculó Gustavo López, director de la consultora Agritrend.