En una campaña agrícola marcada por el clima, el porcentaje de granos verdes y dañados, pequeños y duros de lotes cosechados en el centro del país hace que sea necesario tomar determinadas medidas para minimizar el impacto. Especialistas del INTA aconsejan el análisis de las semillas y el manejo segmentado de los granos durante el almacenamiento como factores determinantes para reducir el impacto de la sequía.
El grano verde de soja es un grano inmaduro que aún conserva clorofila que no se llegó a degradar. Esto sucede porque, frente a condiciones de estrés -hídrico y térmico-, la planta busca preservarse y detiene su crecimiento.
En este proceso, algunos granos que están maduros quedan amarillos y los que aún están inmaduros quedan verdes, los que no se llenaron quedan chiquitos y duros; otros directamente se abortan y quedan cascaritas.
Al respecto, Saavedra anticipó que es posible hacer algunos manejos, según el destino de la semilla, si es para siembra o para industria. "El desafío está en trabajar en la poscosecha, según el destino del grano. No hay recetas ni soluciones genéricas que funcionen por igual", indicó.
Calidad
Miriam Arango, responsable del Laboratorio de Calidad de Semillas del INTA Oliveros -Santa Fe-, señaló que "esta campaña está marcada por el impacto negativo del clima, con días de calor extremo, un marcado déficit hídrico, heladas y en algunas zonas granizo. No faltó nada". Y agregó: "Desde el laboratorio hacemos un análisis de calidad, que es mucho más que solo observar el aspecto, la calidad es un conjunto de atributos".
"Este año las plantas procesadoras van a tener un rol central", indicó Arango quien recordó que a las semillas hay que tratarlas con cuidado, tenerlas limpias, frescas y secas será clave para minimizar el impacto.
En este sentido aconseja que durante el procesamiento de los granos será necesario regular los equipos para separarlos por tamaño y sacar el mayor provecho posible.
Guardado seguro
De acuerdo con Leandro Cardoso, especialista en poscosecha del INTA, antes de almacenar cualquier grano es importante hacer una primera diferenciación. "Hay dos tipos de granos verdes: el que está seco, el cual se conserva sin mayores problemas, y el verde al que le falta madurez. Ese grano, que todavía contiene elevada humedad, se deteriora rápidamente durante el almacenaje y puede afectar la conservación del resto de la mercadería", expresó.
Por normativa, para la comercialización, el contenido de humedad que debe tener el grano ronda el 13,5 %, que es un valor que guarda cierta relación con un almacenamiento seguro por un plazo moderado. A partir de allí, mientras mayor humedad tenga el grano, menor será el tiempo de almacenamiento seguro, ya que el desarrollo de microorganismos que deterioran el grano es más acelerado. Se debe considerar que el material verde (vainas y granos inmaduros) puede tener una humedad de entre el 20 (aunque puede ser levemente menor) y el 30 %.
Cardoso indicó que "en definitiva el riesgo de deterioro de la mercadería estará asociado a la proporción de material verde. Si finalmente en un lote hay una baja cantidad de material verde, si el resto del grano está seco, genera un ambiente con baja humedad relativa que deseca el material verde (aunque su color permanece).
Por otra parte, si, como en esta campaña, la proporción de material excede el 50 % se propicia el desarrollo de microorganismos. Por lo tanto, aquí el plazo de almacenamiento seguro es mucho más acotado".