En el último mes la industria aceitera argentina comenzó a ofrecer precios con “premios” para asegurar la originación de soja disponible en un escenario cambiario poco propicio para deshacerse de un activo dolarizado.
La industria llegó a pagar un “premio” de hasta 6,9% el pasado 30 de septiembre (diferencia entre el FAS teórico Minagri y el FAS promedio Matba para la Soja Rosario). Desde entonces los diferenciales se ubicaron entre 1,8% y 5,3% (ver gráfico).
En los últimos dos años los “premios” de la soja en el período post-cosecha (producto de la competencia entre fábricas) vienen registrando un nivel decreciente a pesar de la dosificación temporal de ventas generado por el uso masivo del silobolsa.
Eso ocurre porque hasta el año 2012 la capacidad de ofrecer “premios” por parte de la industria aceitera era mucho más holgada a causa de los atractivos márgenes generados por el biodiesel. Pero con la intervención de ese mercado la división del negocio de biocombustibles pasó a ser unlastre.
Los últimos datos oficiales indican que al 24 de septiembre pasado la industria aceitera llevaba compradas 24,2 millones de toneladas de soja 2013/14 versus 25,7 millones en la misma fecha de 2013, mientras que la exportación al 1 de octubre había adquirido 9,68 millones de toneladas contra 9,40 millones en la misma fecha del año pasado.
En la actual coyuntura las ventas de soja están en su mayor parte motivadas por necesidades de cubrir compromisos por parte de los productores. Es decir: se vende sólo lo necesario para pagar cuentas.