Según las versiones, entre 7 y 11 cubiertas de camionetas desaparecieron misteriosamente durante el evento, dejando a los productores, matarifes y miembros de otras cabañas con las manos vacías... o mejor dicho, con los neumáticos al aire.
Porque claro, ¿quién necesita cuatro ruedas cuando puedes llevarte un toro campeón? Total, el remate fue un éxito en más de un sentido, ¿verdad? Nada como volver a casa, tras haber hecho una inversión millonaria en genética, y descubrir que tus neumáticos también entraron en la "subasta". Eso sí, sin rematador y sin martillo. Unos genios del negocio, innovando en el arte del saqueo rural.
Los rumores no se hicieron esperar: algunos juran haber visto a un grupo de oportunos ladrones realizar su propio "remate paralelo" mientras los productores pujaban por su ganado. Otros, más benevolentes, creen que fue un error... ¡claro! Seguro alguien confundió las camionetas con stock sobrante. Después de todo, ¿quién podría resistirse a llevarse un par de ruedas Michelin recién salidas del campo?
Por supuesto, en medio del desconcierto, los damnificados intentaron mantener la compostura. "Un mal menor", dijo uno de los cabañeros con tono resignado. Porque claro, si te roban las cubiertas en plena jornada de remate, es solo una señal de que todo salió... "redondo".
No es de extrañar que, a partir de ahora, junto a la tradición de las empanadas y el vino tinto, los remates rurales también incluyan la vigilancia de ruedas. Tal vez sea el momento de considerar un seguro especial para neumáticos o, por qué no, un servicio de valet parking con cadenas de seguridad. Al fin y al cabo, nadie quiere que el próximo remate se convierta en una exhibición de... llantas desaparecidas.
