En la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) INTA Saénz Peña, Chaco, relevan y monitorean polinizadoras en sistema agroecológicos y convencionales. Las técnicas Julieta Rojas y Mónica Spoljaric explicaron cómo funciona el nodo del Proyecto Abejas Nativas que forma parte de la red de agroecología del INTA.
Es uno de los nodos del Proyecto de Abejas Nativas que forma parte de la Red de Agroecología del INTA. Este proyecto busca obtener datos referidos al impacto que el tipo de sistema utilizado en los cultivos ejercen en las polinizadoras de cada región del país.
Este tipo de investigación se realiza por primera vez en la provincia del Chaco. Los resultados que se obtengan serán un insumo muy importante para la toma de decisiones del sector teniendo en cuenta que la provincia es una de las principales productoras apícolas del país.
"Es una red que se coordina desde Bahía Blanca y reúne todos los nodos que estamos haciendo de agroecología con distintos cultivos", contó Rojas y sostuvo que "estamos en contacto permanente, cada uno tiene su modalidad de trabajo y su cultivo principal".
De esta manera contó que "en nuestro caso trabajamos en lotes con algodón que involucra a otras especies" y resaltó: "Esta red es la primera agroecología del INTA y fortalece muchísimo todas las actividades que están haciendo en todo el país, que va del sur hasta Jujuy".
Además, contó que "toca todos los cultivos tradicionales, la parte de bienes insumos y los trabajos científicos que estamos llevando adelante, además de compartir información de gente que no es de la red pero que nos sirve a nosotros como base para el trabajo", explicó Rojas.
Por su parte, Mónica Spoljaric, opinó que esta actividad es muy importante para el Chaco porque "es una de las provincias que trata la miel en cuestiones de exportación, para el consumo interno y para los sistemas productivos de la región, ya que no hay antecedente de este tipo de trabajo en el Chaco".
Por otro lado, Rojas, contó que "el proyecto busca hacer un relevamiento de monitoreo de abejas y avispas nativas que hay muchas más especies de las que conocemos comúnmente, que es la Apis mellifera que es la que produce miel" y agregó que "esta diversidad de avispas y abejas es muy importante para la salud del ecosistema porque cumplen el rol de polinizadoras de especies cultivadas y de especies silvestres lo que hace que tengan una función muy importante en el ecosistema".
Las trampas que realizan tienen una forma determinada en donde la avispa o la abeja hacen su nido, los sellan, ponen sus huevos. De esta manera, se instalan trampas en sistemas agroecológicos y convencionales; se compara la cantidad que se recolectan esas trampas. Además de hacer un monitoreo de la diversidad floral, y de esas flores que se encuentran en cada sistema, se toma una muestra para enviar al nodo que está por hacer el relevamiento. "Se junta toda la información que está en Bahía Blanca y se le va a analizar el glifosato en el polen para saber si hay diferencias entre los dos sistemas y si está contaminado el polen", contó Rojas y agregó que "los polinizadores tienen una importancia a nivel alimenticio y a nivel ecosistémico, porque van llevando, entre flores, el polen".
Por otro lado, Rojas, explicó que "hay muchos tipos de polinizadores que favorecen la fecundación cruzada y que se formen, a partir de las flores, los frutos; muchos de los frutos comestibles que nosotros consumimos todos los días se produce gracias a la polinización". Además, destacó que "agregan diversidad porque justamente favorecen el cruzamiento entre especies, que es una función ecosistémica".
"Los polinizadores cumplen un papel muy importante que no lo cumplen otros insectos y no lo podríamos hacer nosotros en forma artificial", destacó Rojas.
Se estima que los resultados preliminares de este proyecto van a estar el segundo semestre del año y, a partir de los dos años cumplidos del proyecto, van a tener los resultados con datos más precisos.