También se observa en los pastizales naturales la pérdida de plantas y una importante reducción de la receptividad por sobrepastoreo. Ante esta situación sería necesario reformular nuestro balance forrajero y ajustar la demanda a la oferta de recursos existentes. Esto es, pensar en aumentar las superficies planificadas para el próximo ejercicio destinadas a verdeos de invierno, redefinir la utilización de forrajes conservados, comprar suplementos y/o ajustar la carga animal.
En los rodeos de cría, para hacer un uso eficiente de los recursos deficitarios es fundamental ordenar el rodeo, separar los animales por categorías de acuerdo a sus requerimientos nutricionales, descartar los animales improductivos y pensar en realizar el destete de los terneros en forma anticipada. Es decir, es necesario ajustar la carga atendiendo en primer lugar las necesidades de los vientres preñados (cuando ya se sepan cuáles son) ya que son los que van a asegurar la continuidad productiva del establecimiento.
En el caso de la invernada deben tomarse medidas que permitan mantener el peso actual y no perder la ganancia de peso lograda. Se recomienda utilizar anticipadamente los sorgos forrajeros con la consecuente prueba de que no se producirá un efecto toxico de nitratos, hasta inclusive la muerte, sobre los animales que ingresen al recurso de verano. Evaluar, si se ha sembrado, la posibilidad de realizar un breve pastoreo sobre los sorgos definidos como doble propósito.
También es posible utilizar reservas previstas como reaseguro desde el año anterior y/o evaluar la factibilidad de conseguir rollos de buena calidad (pastura, avena granada, etc), siempre evaluando la relación costo beneficio. Eventualmente, el encierre con el suministro de una ración de mantenimiento hasta que la situación climática cambie en los próximos 60/90 días y se pueda disponer de rebrotes de pastura ó el ingreso a verdeos sembrados para tal fin, también podría ser una alternativa.
La recomposición del régimen hídrico luego de una extrema sequía posibilita una relativa rápida recuperación de los recursos forrajeros debido al remanente de nitrógeno disponible que queda en el suelo mineralizado y no utilizado durante el verano seco. Sin embargo, en algunos casos la afectación de los recursos forrajeros suele ser muy grave. De revertirse la situación, debemos pensar en aplicar algunas de las alternativas tecnológicas que están a nuestra disposición como fertilizaciones estratégicas luego de los controles de malezas, intersiembras y, eventualmente, apostar nuevamente a la siembra de verdeos y/o pasturas nuevas. De persistir la condición hídrica favorable, cualquiera de estas intervenciones tendrá un efecto muy positivo y permitirá en parte mitigar futuras perdidas que podría ocasionar la escasez de forraje producida por la sequía.
A continuación se mencionan alternativas de manejo de diferentes recursos forrajeros:
Pasturas perennes
- En pasturas perennes base alfalfa (especialmente en establecimientos Tamberos y de Invernada) si hay pérdida de gramíneas podría intersembrarse cebadilla o raigrás perenne. Para ello hacia principios/mediados de marzo debería pastorearse intensamente la alfalfa (con la variante de aplicar herbicidas posterior al pastoreo) y luego realizar la intersiembra teniendo en cuenta que es una técnica con resultados erráticos. En caso que la alfalfa (que resulta la más tolerante a la sequía) quede con buen stand de plantas (mínimo 15 a 20 pl/m2) puede manejarse como monocultivo, con las precauciones que ello requiere. Es muy importante el monitoreo y el control de las malezas que van a avanzar sobre el suelo descubierto. Si hay raleo de plantas en pasturas nuevas base alfalfa, primero se debe evaluar el nivel de enmalezamiento y tipo de maleza. Si la pérdida de plantas no fue muy alta y las malezas son de fácil control, podría recuperarse en otoño luego de un pastoreo intenso seguido de la fertilización con fósforo (STP/SPS/PDA) disponiendo de la humedad adecuada.
- En caso de raleos o enmalezamientos severos o malezas de difícil control (gramilla) se aconseja sembrar un verdeo de invierno a partir de la primera semana/quincena de marzo del presente año. Debemos considerar un barbecho mínimo y siempre que la condición de humedad disponible en el suelo lo permita y hayamos controlado las malezas. Luego del aprovechamiento de dicho recurso, las aplicaciones de herbicidas hacia fin del ciclo del verdeo (para evitar la semillazón y que el verdeo se convierta en maleza en la siguiente pastura a sembrar) y la pulverización de preemergencia (glifosato + flumetsulam) realizada en otoño, nos permitirá la factibilidad derenovar totalmente la pastura perdida. Es un criterio que se afirma en la recomendación de no sembrar nuevamente una pastura con presencia de gramón, romper el ciclo de las malezas y de volver a sembrar alfalfa evitando así el efecto negativo que posee sobre plantas de su misma especie (alelopatía).
- En pasturas de base gramíneas templadas también es aconsejable evaluar inicialmente la pérdida de plantas. Si el stand de gramíneas no es muy bajo, controlar las malezas que el espectro de herbicidas selectivos a disposición en el mercado permita, luego intersembrar con raigrás anual o cebadilla y fertilizar con urea una vez nacida la pastura (a la salida del otoño y con condiciones favorables). Si la perdida de la gramíneas es muy alta, y el enmalezamiento es muy severo, deberá reemplazarse la pastura por un verdeo (avena o raigrás).
Si las leguminosas que integran la mezcla (trébol rojo/Lotus/trébol blanco) se perdieron pero se conservan las gramíneas, habría que realizar un pastoreo intenso a fin del verano para remover el material muerto que haya quedado, descansar el lote durante el otoño y fertilizarlo con urea pensando en favorecer la gramínea que nos aportará la mayor oferta de forraje en la mezcla durante el invierno. En caso de ser necesario, realizar un control de malezas.
Si el régimen hídrico se recompone, es probable que aparezcan trébol blanco y/o lotus natural, especies que pueden favorecerse a través de la refertilización con fósforo. También podría intersembrarse la leguminosa (principalmente trebol rojo) luego de un pastoreo intenso ó una aplicación de glifosato en muy bajas dosis (0,8-1,0 lt/ha con no menos de 120 lts/ha de caldo total) aunque la experiencia demuestra resultados muy erráticos.
- En pasturas de especies megatérmicas, normalmente utilizadas en lotes con problemas severos de salinidad-alcalinidad, se producen problemas de implantación. Si el logro es nulo, evaluar la posibilidad de implantar un agropiro; si el logro es regular, dejar cerrado el lote y evaluar su resiembra recién durante la siguiente primavera. Si el lote no es muy limitante, es probable que se enmalece y las pocas plantas logradas se pierdan por competencia por lo cual se fortalece la posibilidad de implantar un agropiro para no perder el año. También es posible sembrar un verdeo de invierno tipo avena amarilla (más tolerante a sequía y suelos inferiores) o raigrás diploide con menor expectativa de rinde respecto de un lote bueno y en el siguiente otoño evaluar la resiembra de la pastura.
Verdeos de Invierno
La siembra temprana de avena (200 a 250 pla/m2 logradas) es una buena alternativa para lograr buen volumen de forraje temprano luego de un verano seco. Este es el verdeo más rápido en implantarse y el más rústico ante una sequía. Además de la avena, en el sur de la región se está utilizando mucho la cebada y el triticale, que han demostrado ser muy resistentes a la sequía y frío.
El raigrás anual junto a una adecuada fertilización nitrogenada (en pleno macollaje) ha dado buenos resultados en el norte de la región, mientras que hacia el centro-sur se destaca la avena y la cebada, últimamente el triticale aunque la experiencia del cultivo y sus diferentes variedades es mucho menor. En condiciones de otoños e inviernos secos la avena sería una alternativa de las más recomendables para iniciar el pastoreo y podría complementarse con siembras de raigrás diploide de producción un poco más tardía.
Forrajes Conservados
En veranos secos frecuentemente fracasan los cultivos que se destinan para reservas invernales y normalmente no hay excedente de forraje primaveral en pasturas para henificar. En estos casos, se debe evaluar la posibilidad de destinar a silaje cultivos que fueron sembrados con el objetivo de cosecha de grano y tienen una baja expectativa de rendimiento. Esto permitirá liberar el lote temprano para la siembra de un verdeo invernal.
Evaluar la posibilidad de compra de grano de maíz, sorgo, cebada partida, barrido de cebada o afrechillo de trigo para suministro estratégico (0,5 % del PV para mantenimiento en vacas o pequeñas ganancias de peso en recría), por calidad, economía y practicidad. El grano de maíz, en estas cantidades mejora el aprovechamiento del forraje. También se puede utilizar los verdeos como suplementos con pastoreos por horas y enrollar rastrojos de soja para la alimentación invernal de categorías de bajos requerimientos (vacas secas).
Si el silo que se realizó tiene una baja cantidad de grano, no sería un inconveniente grave para las vacas de cría. También debe evaluarse la compra de un concentrado energético ó balanceado con equilibrio entre la energía y la proteína ó solo energía. Actualmente es posible adquirir estos alimentos en valores promedio de 1500 a 1600 $/Tn (moneda de Enero de 2014) a pagar con plazos de 60/90 días para suministrar con el silo si la categoría animal lo requiere.
Cultivos diferidos
Podemos recurrir a cultivos que tenían destino Agrícola/Tambo, y que por estar muy afectados por la sequía puedan ser aprovechados como forraje. Pueden ser cultivos propios o de lotes vecinos con quien se arregle un precio de compra por hectárea que esté en relación con los costos de implantación del cultivo. En caso de diferir cultivos o utilizar rastrojos, pastorearlos con animales de bajos requerimientos, en franjas diarias pequeñas evitando la selección, para lograr un aprovechamiento eficiente, evitar el pisoteo y desperdicio.
En casos de lotes donde fue factible ó se haya observado semillazón de raigrás, promocionarlos utilizando herbicidas ó pastoreos intensos.
Pastizales naturales
Pueden pastorearse intensamente hacia fines de febrero los potreros de pastizales naturales donde se haya observado semillazón de especies invernales como raigrás, poas y que no se observe una alta infestación de gramilla. También es interesante aprovechar la presencia de pasto miel. Si hay humedad y el rebrote es bueno, se pueden fertilizar con nitrógeno y fósforo para acelerar el crecimiento. Las experiencias definen un aumento de la oferta de forraje de un 50 a 100 %. Si hay muchas malezas deberíamos previamente hacer alguna aplicación de herbicidas selectivos para limpieza y luego fertilizar.
Recomendaciones finales a nivel zonal:
En todos los sistemas de producción: debe contarse con un buen diagnóstico de situación del rodeo y los recursos disponibles con información productiva y económica que nos permita visualizar el difícil período que atravesamos y tomar las medidas adecuadas.
A tener en cuenta en cría sería:
- Cuantificar el grado de reservas corporales utilizando la escala de estado corporal.
- Determinar el estado de crecimiento de los terneros a partir de registro de parición/edad o estimación de peso.
- Evaluar los recursos forrajeros disponibles.
- Evaluar los recursos financieros disponibles por la empresa.
Puntos básicos y bien prácticos:
- Destete anticipado: a partir de los 4 meses de edad o 120 kg del ternero es posible destetarlo para disminuir los requerimientos nutricionales de la madre. Esto permitirá recuperar el estado corporal de las hembras en los meses de otoño. Los terneros pueden tener destino de venta, suplementación en pastoreo o engorde a corral. Esta es una decisión difícil, pero al disminuir los requerimientos de la vaca permite mejorar la condición corporal con el mismo nivel de alimentación.
- Separar vientres según estado corporal: esto permite alimentar a las vacas de manera diferencial priorizando aquellas que estén más flacas y evitar así que queden vacías.
- Diagnóstico de preñez: es recomendable realizarlo 30 días post finalizado el servicio. De esta manera se pueden eliminar las vacas vacías y priorizar la alimentación de las vacas preñadas.
- Tratar de hacer lo posible para cubrir el déficit de forraje: Esta medida se
puede lograr mediante:
1) Planificar la siembra de verdeos de invierno (avena, cebada, trigos de ciclo largo, siembras de trigo en marzo usados como doble propósito; Triticale, Raigrás diploide).
La avena, la cebada y el trigo, por ser semillas más grandes, pueden ser ubicadas a más profundidad (donde hay mayor humedad) asegurándonos su emergencia. Es conveniente utilizar aquellos lotes trabajados y sembrados con cultivos de cosecha gruesa (maíz RG ó sorgo) que debido a la seca nacieron ralos o tienen escaso desarrollo, pero sin demorar la siembra porque se atrasará el primer aprovechamiento. Se pueden combinar siembras de manera de tener recursos tempranos (avena, cebada) y otros para aprovechamiento posterior (raigrás, trigo).
2) Compra de alimento: al momento de la elección de un recurso para suplementar es indispensable tener en cuenta su valor nutritivo (digestibilidad, porcentaje de materia seca) y la forma de suministro.
En términos generales los granos y subproductos (maíz, sorgo, cebada, pellets de cebada) tienen un alto valor nutritivo y permiten recuperar el estado corporal de los vientres con poca cantidad (de 0,5 a 1 % del peso vivo por vaca). Se debe tener especial cuidado con la hacienda no acostumbrada a su consumo ya que pueden sufrir trastornos digestivos. Se recomienda establecer periodos de acostumbramiento con incremento gradual del suplemento.
Otra alternativa son los rollos de pasturas y en menor medida de rastrojos cola de cosecha de cebada, soja, etc. Se debe tener en cuenta que en general son de bajo valor nutritivo y sirven para cubrir los requerimientos de mantenimiento. En muchos casos son caros en función del aporte energético. Considerar que son alimentos secos y que su consumo aumenta la cantidad de agua de bebida necesaria para los animales. Esto genera mayores inconvenientes en campos con problemas de aguadas.
3) Uso de cultivos agrícolas con muy bajas expectativas de rendimiento: es posible destinar al pastoreo directo los cultivos de verano (maíz, soja, sorgo) que tendrán bajos rendimiento en grano. El pastoreo en franjas por horas actúa como suplemento, prolonga la utilización y nos puede dar tiempo a que se recupere otro potrero de uso ganadero (campo natural, pastura).
Luego de este pastoreo se podría optar por la siembra de un verdeo de invierno. La otra opción es dejarlos como reserva en pie para cubrir la falta de forraje de invierno, pero tiene la desventaja de pérdida de calidad y ocupación del potrero. El corta-picado y ensilado de estos cultivos se recomienda hacerlo previo análisis de rendimiento de materia seca y costo de confección del silo ($/ kg MS).
Prevención de problemas sanitarios:
1) Enteque: los años secos son especialmente entecadores, ya que las hojas de duraznillo blanco comienzan a caer en el inicio del verano y ante la falta de forraje los animales pastorean cerca del nivel del suelo ingiriendo las hojas en forma accidental. La principal medida es evitar el pastoreo de dichos potreros entecadores.
2) Intoxicación con sorgo: La falta de lluvia incrementa el riesgo de muerte de animales por alta concentración de nitratos y acido cianhídrico en plantas de sorgo, por lo que se recomienda pastorear con una altura mayor a los 70 cm, no utilizar animales hambreados, dejar remanente (la mayor concentración de las toxinas están en la base de los tallos) y no consumir los sorgos los días posteriores a una lluvia. Es muy importante cuando existan dudas, ingresar al lote pocos animales (señuelos) y observar su comportamiento.
3) Intoxicación con plantas tóxicas: en situaciones de sequía los animales hambreados pueden consumir plantas tóxicas que en condiciones normales no lo harían. Se recomienda no pastorear potreros con animales hambreados y realizar una correcta observación del potrero antes de introducir animales.
4) Festucosis: el consumo de festucas infectadas por un hongo -Acremonium coenophialum- (la mayoría de las festucas viejas son tóxicas) en alto porcentaje en la dieta puede provocar la muerte de animales por aumento de la temperatura corporal en esta época del año. Además, en animales en servicio puede producir muerte embrionaria disminuyendo el porcentaje de preñez.
Para la toma de decisiones es muy importante el asesoramiento profesional y el intercambio de experiencias con otros productores como lo demuestra la actividad de grupos. La experiencia de más de 15 años de trabajo con grupos Cambio Rural nos permite afirmar que la capacitación, planificación y discusión de resultados son las principales tareas que ayudan a mejor la toma de decisiones.
De la Vega, Mariano; Borrajo, Celina I.; Donzelli, M. Valeria; Maresca, Sebastián