Con la llegada de las lluvias de la primavera, que vienen siendo intensas en la Mesopotamia argentina, en el este de Paraguay y en el sur de Brasil, es clave monitorear de cerca la evolución de la cuenca del Paraná, que en el invierno ya generó una crecida ordinaria que tuvo un pico de 5,52 metros (23 de julio).
El último informe mensual de Posibles Escenarios Hidrológicos en la Cuenca del Plata, que realizan los técnicos del Sistema de Información y Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata (SiyAH), que depende del Instituto Nacional del Agua (INA), advierte que con la perspectiva climática actual se espera que en octubre, noviembre y diciembre se registren “pulsos de crecida, sosteniendo la situación de aguas altas, dado que se espera un trimestre más lluvioso que lo normal”.
En esta proyección influyen los pronósticos que anticipan una probabilidad de más de un 60% de que se desarrolle un año Niño moderado.. “De acuerdo con la reciente evolución de las condiciones atmosféricas y oceánicas se espera que las condiciones continúen neutrales o inicios de El Niño, pero leve, en nuestra primavera y verano”, plantea el informe del INA.
¿El Niño se acerca?
El Centro de Proyecciones Climáticas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) estima que la probabilidad de un fenómeno de El Niño en esta primavera y verano es de un 60% a un 65%, en un informe que se publicó ayer. Esta tendencia climática supone precipitaciones por encima de lo normal en el Litoral y en la Pampa Húmeda.