La prórroga de la resolución 1115 de la Unión Europea, que entrará en vigor en 2026, reavivó las gestiones del sector agropecuario argentino para frenar la implementación de normas consideradas unilaterales y perjudiciales. Rodolfo Rossi, presidente de AcSoja, destacó la importancia de un trabajo conjunto entre el gobierno y las entidades productivas para plantear objeciones y abrir una negociación que defienda la soberanía y la competitividad de los productores locales. La soja y la carne, principales exportaciones del país, están en el centro de la discusión, mientras el clima adverso complica aún más la situación del sector.
Con relación a la resolución 1115 de no deforestación de la Unión Europea, cuyo inicio estaba previsto para el 1º de enero de este año y fue postergado por un año, el presidente de AcSoja, Rodolfo Rossi, expresó: "Vimos una ventana de oportunidad para continuar con los reclamos que deberían canalizarse a través de las entidades gubernamentales frente a la Unión Europea, no solo desde Argentina, sino también desde otros países afectados por esta normativa". Añadió que en este proceso trabajaron numerosas instituciones locales, entre ellas la cadena de la soja, uno de los cultivos señalados actualmente junto con la ganadería.
En ese sentido, el titular de la entidad destacó: "Hemos solicitado al gobierno que exprese un rechazo a esta medida, por varias razones". Explicó que existen objeciones a este acuerdo y que las conclusiones han sido muy positivas: "Ha habido una gran receptividad y se ha aportado información muy valorada para sustentar el rechazo. En caso de que este no prospere, se han presentado objeciones a la resolución vigente con el fin de impulsar una negociación".
Rossi subrayó: "Siempre hemos sostenido que se trata de una medida unilateral en un tema que requiere soluciones globales. Estas normas estrictas ponen en riesgo la seguridad alimentaria y desconocen que cada país ya cuenta con su propia legislación, que cumple y hace cumplir".
Por otra parte, Rossi explicó las exigencias impuestas por el reglamento de la Unión Europea: "El tema de la deforestación debe ser analizado considerando que países como Argentina tienen una legislación suficiente. Además, las zonas productivas argentinas, principalmente ubicadas en el norte, presentan un riesgo bajo de deforestación. Es importante recordar que Europa ha sido históricamente uno de los continentes que más deforestó". Añadió que "tanto la ganadería como la agricultura han generado efectos muy positivos en los países en desarrollo, aunque también han tenido impactos negativos. Sin embargo, imponer normas estrictas a nivel predial, con exigencias desproporcionadas, afecta la soberanía de los países. En ocasiones, se confunden especies invasoras con bosques reales o se cuestionan prácticas como la producción silvopastoril. También se incorporan temas ajenos a la deforestación, como el cumplimiento de normativas fiscales y derechos humanos".
Rossi precisó que, mientras Brasil enfrenta regulaciones sobre el café y el cacao, Argentina debe lidiar con restricciones sobre dos de sus principales producciones: la carne y la soja.
El titular de AcSoja también se refirió a las propuestas presentadas, entre ellas la exclusión de otros ecosistemas de esta normativa: "Existen riesgos de que, una vez implementada esta medida, se amplíe para incluir cultivos como el maíz". Indicó que las entidades trabajan en conjunto para evitar impactos negativos en las principales exportaciones argentinas.
Cabe destacar que se han llevado a cabo reuniones con la Secretaría de Agricultura de la Nación y la Cancillería, los organismos responsables de gestionar esta solicitud, en coordinación con entidades internacionales.
Rossi informó que también colaboran con el Grupo de Ministros de Agricultura de los Países del Mercosur (CAS): "Es el ámbito donde se discuten estas cuestiones junto a otros países. En el caso de Brasil, el país más afectado, mantenemos una colaboración estrecha". Comentó que Brasil ha adoptado una postura firme de rechazo, alineándose en el extremo opuesto de Uruguay, con una fuerte oposición tanto de los productores como de la industria.
Finalmente, Rossi se refirió a la actual campaña de soja: "Después de condiciones ideales de siembra, tanto para la soja como para el maíz temprano, enfrentamos una sequía severa que ha afectado a una región clave de la zona núcleo, la más productiva del país".
Concluyó lamentando: "Desafortunadamente, el clima de los últimos años no nos ha favorecido, beneficiando en cambio a Brasil y Estados Unidos. Más allá de la tecnología aplicada, el clima sigue siendo el factor más determinante en la producción. Esto generará importantes pérdidas para los productores en vastas zonas de Argentina, donde ya veníamos trabajando con márgenes muy ajustados".