El Aloe Vera es una planta originaria del norte y el este de África y de la Península Arábiga. Su nombre procede del árabe: “alloeh” (sustancia amarga brillante) y de la palabra latina “vera” (verdadera). Es una planta perenne, con hojas suculentas que forman grandes rosetones, género de la subfamilia Asfodeloides de las Liliáceas. Existen hasta este momento 250 variedades reconocidas de aloe pero solamente tres de estas variedades son empleadas en la medicina natural por sus beneficiosas cualidades. La de uso más extendido y la que concentra mayor número de propiedades es la variedad “Aloe Barbadensis Miller” Las huellas más lejanas de su utilización fueron encontradas como representaciones de esta planta en distintos sepulcros y monumentos funerarios del antiguo Egipto, con una edad de más de 5.000 años. Valorada hasta tal punto en esta cultura que le daba el nombre de “planta de la inmortalidad” por la riqueza de sus propiedades cosméticas y medicinales, solían incluirla entre los regalos funerarios en los entierros de sus faraones y sus nobles. Los chinos también la consideraban de inestimable valor. Se sabe que Alejandro Magno la tenía como elemento curativo imprescindible en sus campañas de conquista. Planta de gran resistencia, se ha adaptado a diferentes climas y aunque es originaria de las zonas de altas temperaturas y suelos rocosos, hoy está presente en los hogares e innumerables jardines del mundo.
Dentro de la medicina natural se le reconoce ser de utilidad en incontables afecciones. Además de que en su composición se encuentran vitaminas B12, B6, B5, B, A y C, por su contenido en lupeol, ácido salicílico, fenol y azufre (todos ellos con gran poder antiséptico) de fácil penetración en la piel y los tejidos, es de utilidad como anestésico, tranquilizante nervioso, bactericida, fungicida, antiinflamatorio, antiprurítico , estimulador de la circulación y destructor de los tejidos muertos (incluyendo el pus); favorece el crecimiento celular normal acelerando la curación de úlceras, llagas y heridas en general, hidrata los tejidos y es antipirético por lo que elimina la sensación de calor en las llagas y úlceras o cualquier inflamación. De los estudios realizados por distintas universidades han quedado estipuladas estas importantes propiedades: Nutritivo, Inhibidor del dolor Antiinflamatorio, Cicatrizante, Bactericida, Digestivo, Depurativo, Regenerador celular, Antibiótico, Antiséptico, Coagulante, Antiviral.
En cuanto a sus usos cosméticos, su principal virtud viene de su gran capacidad como regenerador celular con lo cual se ha vuelto de gran utilidad a la hora de iniciar tratamientos contra las manchas de la piel. Por su capacidad de penetración hasta en las capas más profundas, ayuda a la expulsión de la grasa y las impurezas acumuladas en los poros. Por su capacidad bactericida es de gran utilidad contra el acné y dado que es astringente ayuda a la tersura de la piel reduciendo sus poros. Tiene cualidades hidratantes gracias a la existencia de mucopolisacáridos. Por su capacidad antiprurítica, cicatizante y antiinflamatoria es una excelente loción aftershave. Se sabe también que sus componentes son una excelente protección contra lo rayos UVA. En este sentido sus virtudes cosméticas y medicinales pueden decirse que se entrecruzan ya que sus efectos cicatrizantes (alto contenido en hormonas vegetales y fosfato de manosa) y antiinflamatorios (fitosteroles) son un gran aliado de la piel a la hora de curar quemaduras y úlceras (tanto externas como internas –gracias a su contenido de aloeoleína-) Se ha probado que es de utilidad en quemaduras de todo tipo: por radiación solar, térmicas, químicas o por líquidos.
Existen otras muchas virtudes y utilidades. Es un regulador natural de la mucosa intestinal, sus aminoácidos intervienen en la formación de proteínas y sus enzimas en la estimulación de las defensas del organismo. Un escrupuloso detalle de todos sus componentes y virtudes medicinales y cosméticas obligaría a un informe casi interminable. Frente a esta imposibilidad práctica solamente destacar que las culturas más renombradas de nuestra historia ya la habían descubierto y puede decirse que casi venerado. De entre las observaciones que los distintos pueblos nos han dejado como herencia es notorio que la sitúen entre las más efectivas juntamente, por ejemplo, con el Gingseng y las setas de Shitake. Con ellas comparte un componente muy especial llamado Germanio. Esta sustancia es un filtro depurativo del organismo que le sirve a la planta para eliminar deshechos de células, venenos, revitaliza la médula ósea, tiene poder elctromagnético y reactiva el sistema inmunitario. Gracias a su papel catalizador es un componente importante para la supervivencia de la propia planta. De ahí su importancia.
Afortunadamente para nosotros los secretos y virtudes del Aloe Vera no se han perdido en el tiempo y todo parece indicar que aún tenemos la oportunidad de seguir conservando la riqueza de esta herencia.
Marina Bianchi.