La próxima temporada, la familia Cardoso estará mejor preparada para planificar el destino de la producción de 3600 toneladas de soja, maíz y sorgo, en su propiedad de 1200 hectáreas ubicadas en Goiás. Esto porque el patriarca Roberto y su hija Marina aprovecharán la Agrishow en Riberao Preto (SP) con el fin de negociar la compra de un sistema de almacenaje que permitirá minimizar los daños en el flujo de carga y evitar el desperdicio de grano. La apuesta de la dupla no es un caso aislado. Un vasto grupo de productores están aprovechando la oportunidad que les dará la feria para invertir en soluciones de este tipo.
A partir del pago de R$ 1,5 millones (u$d 750 mil), el modelo de almacenamiento de la familia Cardoso deberá contemplar un 60% a 75% de la cosecha total, que varía de 80 mil a 100 mil sacos anuales. “Los bienes se quedarán en mi mano y no voy a necesitar mandar todo a terceros” dice Roberto, uno de los productores brasileños que se vieron enfrentados a dificultades para llevar los granos de la cosecha, hasta los puertos. Marina, quien oficia como el brazo derecho del padre en los negocios familiares, destaca que el dinero invertido se recuperará en siete años y medio. “Hoy, un 15% de nuestra producción está disipada por la falta de almacenamiento, lo que nos genera un pérdida de R$ 200 mil (casi cien mil dólares) al año”. Además, ella resalta que las condiciones de financiamiento a 120 meses con una tasa de interés del 3% anual, por medio del Programa Apoyo a la Inversión (PSI) del BNDES, también pesaron a la hora de decidir abandonar ese rol. Cada vez más agricultores empiezan a ver la inversión en almacenamiento como una prioridad, situación ratificada después de que el Ministerio de Agricultura anunciara que el tema será el buque insignia del Plano Agrícola 2013-2014. “El crecimiento de esa zafra fue acompañado por un aumento desproporcional de costos, debido a las deficiencias logísticas. Esa es una cuestión que Brasil tiene que enfrentar” reconoce Milton Rego, director de New Holland y vice-presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea). Con eso, la tendencia es que el almacenaje divida las máquinas agrícolas de la preferencia del agricultor dispuesto a abrir su billetera.
Actualmente, según el ingeniero agrónomo Armando Portas, faltan en Brasil almacenes con capacidad de guardar de 50 millones a 70 millones de toneladas. En promedio, la pérdida alcanza el 10% de la cosecha, por un total de R$15 millones (U$D 7,5 millones) por año. Consciente de esta situación, las empresas proveedoras de sistemas de almacenaje comienzan a prepararse para atender a la demanda que viene. Parte significativa del mercado debe ser atendida a través de empresas instaladas en Río Grande do Sul. “Brasil ha tenido recientemente dos buenas zafras y, por lo eso, el productor está capitalizado. El, probablemente, ya compró maquinaria nueva en años anteriores. Entonces, el dinero que le sobra, debe ser aprovechado en almacenaje” proyecta Flávio Bittencourt, gerente de producto de la GSI, empresa del grupo AGCO con planta en Marau.
La GSI tiene modelos estándar de proyectos en las zonas, cuyos precios de instalación oscilan entre R$ 825 mil a R$1,4 millones. Con opciones de silos para guardar hasta 29 mil toneladas, la compañía tiene una línea de financiamiento propia, a través del banco AGCO Finance. La tasa de interés también es de 3% anual, pero el plazo máximo de cuotas es de 86 meses. Como contrapartida, la entidad financiera promete una aprobación de crédito, en general, de 30 días contra los 90 días que los bancos que operan con el PSI.
Fernando Soares, Ribeirão Preto (SP)
