El bajo volumen de operaciones en los mercados ganaderos, el incremento en los valores de la hacienda de consumo y la imposibilidad de trasladar esa suba a los mostradores de las carnicerías impactaron en el nivel de encierre de los feedlots. Según estimó el Mercado Rosario Ganadero (Rosgan), si bien marzo y abril son los meses más fuertes en la producción de terneros, los corrales de encierre siguen trabajando por debajo de su capacidad de encierre.
De acuerdo con la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), el ingreso de animales livianos a los corrales de encierre sigue por debajo del 60%. Al no haber suficiente disponibilidad de terneros, los engordadores deben pagar valores por los animales livianos que luego no pueden recuperar.
La otra variable que afecta el trabajo de estos establecimientos es la suba en el precio del maíz, insumo estratégico para este negocio.
Ante este escenario, los feedloteros deciden engordar sus animales con pasto, situación que, si bien abarata los costos, extiende los plazos de terminación de los vacunos.
Los números son por demás elocuentes: mientras que un kilo de carne producido a pasto no supera los $120, de acuerdo con los cálculos de analistas privados, en maíz la ecuación se dispara entre $220 y $300 por kilo.
En el Mercado de Liniers, los precios de vaquillonas y novillitos reflejan la menor disponibilidad.
En las últimas semanas, la hacienda de consumo llegó a $345, lo que se reflejó en traslados a los mostradores, según consignaron los operadores del negocio. La semana pasada, el paro de transportistas y las lluvias recortaron los ingresos a esa plaza y las cotizaciones se dispararon, con máximos que llegaron a $382. En una jornada normal de trabajo, los ingresos de vacunos oscilan entre 7.000 y 8.000 cabezas diarias, pero en esa ocasión no superaron las 4.500 cabezas. Los consignatarios esperan que, a partir de una mejora en el flujo de hacienda, las cotizaciones vuelvan a estabilizarse sobre los $340.