Este pedido se da en un contexto en el que, según la comunidad científica, es necesario reducir las emisiones de carbono a casi la mitad en 2030 y alcanzar las cero emisiones netas en 2050 para evitar los impactos más negativos del cambio climático,
Esta efeméride surge de una iniciativa global, establecida por la ONU en 1949 para concientizar sobre la importancia de la energía para la vida cotidiana, su producción y uso responsable, así como para reflexionar sobre la eficiencia energética y las alternativas de producción.
Hoy son los combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo y el gas) los principales causantes del cambio climático, ya que son responsables de más del 75 % del total de emisiones de gases globales de efecto invernadero y cerca del 90 % de todas las emisiones en dióxido de carbono, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De hecho, los combustibles fósiles siguen representando más del 70 % del suministro global (frente al 82 % de 2022), según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía.
Las energías renovables son, en tal sentido, la única salida para poder convertirse en las principales fuentes de generación de electricidad para 2025. Solar, eólica, hidráulica, geotérmica y especialmente la energía de biomasa, que es aquella que proviene de materiales orgánicos - como residuos agrícolas y forestales - serán protagonistas de este cambio necesario y vital para un futuro sustentable.
Este tipo de energía también genera, además de electricidad, calor y biocombustibles.
La madera y la energía sustentable
Roberto Luis Raimondi, asesor de FAIMA y especialista en eficiencia y transición energética, explica por qué la madera tiene el poder de convertirse en una de las energías limpias, sustentables y renovables más importantes del mundo. "En general, se entiende por madera a las partes de un árbol que, económicamente, pueden aprovecharse, como troncos, ramas y raíces.
La madera de los troncos se puede utilizar de múltiples maneras: como láminas, como chapas finas, triturada en tableros y como macizo para obras de construcción y carpintería" explica el asesor. "Además, se beneficia del procesamiento de la madera la industria química, especialmente para la obtención de celulosa, nitrocelulosa, aceites y ácidos".
Aspectos energéticos
La energía necesaria para la fabricación de la madera es nula, ya que el árbol utiliza la energía solar (función clorofílica). Justamente, al ser un material biológico de origen vegetal es completamente diferente a otros materiales de construcción.
El consumo de energía en el proceso de transformación de la madera es muy inferior cuando se compara con los del acero, aluminio o cemento:
1 tonelada de madera 430 Kwh
1 tonelada de acero 2.700 Kwh
1 tonelada de aluminio 17.000 Kwh
Aspecto ambiental
"La madera es un material perecedero, pero su vida útil puede alargarse en forma considerable y hasta por cientos de años aplicando técnicas especiales en su manejo.
De hecho, se podría afirmar que la vida de la madera tratada es ilimitada, pues se puede reusar indefinidamente si no ha sido afectado por los agentes atmosféricos, xilófagos o fuego" detalla el experto.
"De este modo, la madera es un material 100% reciclable y una vez reciclado posee todas sus cualidades físicas intactas. Asimismo, es notable que su proceso de reciclaje no lleva asociado tratamiento y genera bajas emisiones de la maquinaria que en su caso se requiera" completa Raimondi.
Respecto a la biomasa ha ido gestionando y revalorizando algunos de sus subproductos o residuos, sobre todo los provenientes de las zonas boscosas y se están implantando políticas de gestión para esos remanentes en los territorios.
La captación de dióxido de carbono y la generación de oxígeno, por ejemplo, en una hectárea de pino, es de 20 toneladas de oxígeno por año, consumiendo 24 toneladas de dióxido.
"Actualmente la energía con base forestal representa sólo el 0,11% de la matriz de energía eléctrica de Argentina. Esta contribución podría sextuplicarse generando una energía renovable, limpia, que contribuya a mitigar el cambio climático y que produzca empleo y desarrollo en múltiples economías regionales del país" afirman desde FAIMA.
Como energía alternativa
La biomasa forestal es producto de podas y raleos de árboles (trozos finos no aptos para aserradero), así como el residuo de los aserraderos y otras industrias forestales que se pueden utilizar para generar energía térmica y eléctrica.
Uno de estos productos residuales que será la estrella del futuro energético es el PELLET.
Se trata de una utilidad obtenida por secado de aserrín con un 8% de humedad, que luego se comprime de manera que las mismas partículas se pegan sin ningún tipo de aditivos y no deja prácticamente ceniza (residuos) por la baja humedad. El rendimiento del pellet se puede estimar como sigue:
1 kilo de pellet: genera 4.600 calorías
½ litro de Gasoil: genera 4.400 calorías