El recorte del saldo exportable de trigo que prevé realizar el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, podría derivar en importantes problemas comerciales y financieros para los exportadores, que no podrán cumplir contratos cerrados con diversos compradores.
En junio pasado, Moreno autorizó un saldo exportable de 6 millones de toneladas para la cosecha 2012/2013 del cereal, que se está recolectando en los campos por estos días. Sin embargo, por la baja en la producción, que según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se ubicará en 9,8 millones de toneladas, un 30% menos que el ciclo pasado, el funcionario se comunicó con exportadores hace diez días y les anticipó que ese saldo debía recortarse un 25% para quedar en 4,5 millones de toneladas.
Esa cifra correspondería a los permisos de exportación (conocidos como Registros de Operaciones de Exportación) ya otorgados. Pero tras la comunicación de Moreno surgieron versiones en las últimas horas de que por la caída aun mayor en la producción el funcionario estaría analizado aplicar el recorte del 25% sobre los 4,5 millones ya habilitados, con lo cual el saldo podría achicarse a 3.375.000 toneladas.
En este contexto, el secretario de Comercio Interior convocó para hoy a la tarde a la Mesa del Trigo, donde participan molinos, exportadores y productores cercanos al funcionario, para hablar de este tema y el nuevo escenario para el negocio.
Para los exportadores, la preocupación número uno es el tema de los contratos con el exterior. A las empresas adheridas a la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec), donde están las compañías más importantes del negocio, Moreno les había asignado inicialmente un cupo de 5 millones de toneladas. Para esta cámara, el funcionario dejó trascender que ese volumen se reduciría a 3,75 millones de toneladas. Esto siempre que no haga una poda mayor.
El problema es que las firmas que están en esa entidad ya habían obtenido permisos de embarque -los registros de operaciones de exportación (ROE)- por unos 4,5 millones de toneladas. Es decir, más de lo que ahora podrían vender.
"Por los ROE que te dieron tenés un contrato cerrado con el exterior. Pero si ahora te recortan la exportación, ¿cómo hacés para cumplir un contrato por lo que no podés vender? Esto va a ser motivo de problemas comerciales con los compradores", contó una fuente del sector.
"Si tenés un 25 por ciento menos de negocios, ¿qué le vas a decir a tu comprador?, razonó, de manera similar, otra fuente.
El tema está en la agenda de las empresas, que evaluarán los pasos a seguir luego de la reunión que se realice hoy con la Mesa del Trigo.
Mientras tanto, Moreno le recortaría de un millón a 750.000 toneladas la cuota a la Cámara Argentina de Productores y Exportadores de Cereales y Oleaginosos (Capeco), la entidad exportadora promovida por el funcionario. No obstante, algunas fuentes creen que él mismo podría exceptuarla de la poda.
Incertidumbre
A todo esto, cuando anunció el primer cupo el Gobierno prometió que si no se llegaba a cumplir con todo el saldo las retenciones pagadas por los ROE de trigo ya otorgados se iban a poder aplicar a otros productos, como soja o maíz. El trigo tiene 23% de retenciones, contra 35% de la soja y 20% del maíz. Pero nunca se avanzó en una resolución que permitiera en la práctica aplicar las retenciones a otros productos.
"Esto se tendría que haber hecho con una resolución de la Aduana. Hicieron la promesa, pero nunca salió. Y si no sale, tendrían problemas financieros las empresas que no puedan esperar hasta la cosecha del otro año para aplicar esas retenciones al trigo", señaló un operador. En el país son unos 250 los exportadores anotados para vender. Hace cuatro años no superaban los 50. Hubo una explosión alentada por un factor no menor: por la intervención del Gobierno en el mercado, se generó una brecha de precios entre la capacidad de pago de los compradores y el precio ofrecido, que era más bajo. Las brechas de precios fueron una invitación a muchos a meterse como exportadores.