Generalmente algunos propietarios y encargados han adoptado un manejo empírico logrando buenos resultados, pero a veces estos resultados no incorporan el concepto de sustentabilidad ambiental ni económica del sistema, y se limitan a una evaluación del rendimiento de pasto en el año o al gasto económico en términos de ejercicio contable. Muchas veces los verdaderos resultados están enmascarados por el uso de un alto porcentaje de superficie dedicada a verdeos (Avena) que permite reemplazar lo que no funciona bien en las pasturas.
¿Cómo definiría la mejor pastura?
La mejor pastura es aquella que reúne las condiciones nutritivas para la categoría de caballos que lo pastorea acorde al suelo que coloniza. De acuerdo a esto es menester tener en mente las siguientes consignas:
1. Sectorizar el campo en potreros de acuerdo a su potencialidad, o aptitud de uso. Es imposible encuadrarse en un manejo sostenible desde lo económico y productivo desconociendo en qué ambiente (suelo y clima) ponemos qué cosa (todo el elenco de especies forrajeras existentes).
2. Distribuir los recursos forrajeros a planificar (pasturas de diferente formulación o verdeos) de acuerdo a esta sectorización. Otorgar la posibilidad de asignar potreros de muy buena aptitud a la confección de verdeos que serán usados estratégicamente y con mesura!
3. Adecuación de la oferta a la demanda. De acuerdo al objetivo de producción (cría, descanso o training), asignar qué recurso forrajero corresponde a cada categoría. Las diferentes categorías tienen diferentes requerimientos nutricionales (Energía, Proteínas, Macro, Micro y oligoelementos) y para ello puede realizarse un manejo donde se superpongan los requerimientos nutricionales (demanda) de cada categoría con la producción de pasto del lote a ofertar (oferta forrajera) constituyendo un manejo balanceado (Balance Forrajero) y permitiendo alcanzar un Manejo Racional de los recursos del establecimiento.
4. No atarse a mitos sobre el cultivo de una sola especie, alfalfa, como único aporte de forraje. Las pasturas mixtas dan el alimento ideal y bien balanceado para todas las categorías, cada categoría luego necesitará un suplementación particular.
Este tipo de manejo planificado permite prever los momentos de déficit y exceso, que ocurrirán de acuerdo a la ubicación del establecimiento en una zona climática marcada por su régimen de precipitaciones y térmico. Los déficit así generados son resueltos mediante la confección de reservas de la estación en la que ocurre el exceso, generalmente Primavera-Verano y suministrándolo a las categorías que así lo requieran en invierno. El volumen de este suministro dependerá de la calidad de la reserva realizada y determinará la necesidad de suplementación para cada categoría.
En términos de suplementación, es importante conocer muy bien qué estamos dando (oferta) en el alimento que suministramos, cualquiera sea su presentación, verde, seco, pellet, etc; contrastarlo con qué demanda tiene cada categoría para determinar correctamente qué y cuánto es lo que necesitamos para suplementar y no suplementar por costumbre ya que todo lo que aportamos sin necesidad entra por boca y se escapa por orina y heces sin dejar nada en el medio (o a veces dándonos problemas que no buscábamos) con la consiguiente transferencia de $ por el tracto digestivo a la basura o con suerte al suelo. Para evitar este tipo de ineficiencias existen las tablas del NRC (Nacional Research Council), cuya última Edición 2007 está disponible on-line para los profesionales del área, brindándonos una aproximación del contenido de los componentes de los alimentos sin olvidar la consulta a los profesionales especializados para determinar la necesidad de realizar un perfil nutricional y recomendar el suplemento adecuado.
Ing. Agr. María Alejandra Blanco
