Los verdeos de invierno son pasturas anuales compuestas por una gramínea, como avena, cebada, centeno, trigo y triticale o a veces se siembra una gramínea consociada con una leguminosa como: vicia o tréboles, por ejemplo: la siembra de avena o raigrás anual con trébol rojo para tener un mayor período de aprovechamiento.
Los verdeos de inverno tienen la capacidad de crecer con temperaturas bajas, por lo que mantienen la oferta de pasto en ese período. De esta manera se puede mantener una alta carga animal y buenas ganancias de peso o producción de leche, durante todo el año.
En las zonas donde se usan pasturas de variedades de alfalfa sin reposo invernal, la superficie de verdeos se puede reducir debido a que la producción de la alfalfa comienza temprano (agosto, septiembre) y se extiende hasta fin del otoño (junio).
En un sistema de producción intensivo, no se puede basar el presupuesto forrajero en la producción otoño invernal de las variedades de alfalfa sin reposo invernal. Dependiendo la zona y el clima, la producción invernal puede variar entre 700 a 1.300 kg MS/ha. Es poca cantidad pero de excelente calidad. por lo que se hace necesaria la siembra de verdeos de invierno. Éstos se caracterizan por producir mucho forraje de buena calidad en un período de tiempo corto.
Los verdeos de invierno también juegan un papel importante en aquellas zonas de cría, en los potreros de media loma o loma, se utilizan los verdeos para reforzar la baja producción de pasto de los campos naturales.
En los campos con planteos de producción mixtos, agrícolas – ganaderos, los verdeos de invierno se intercalan en la rotación agrícola, dando así un mejor aprovechamiento al suelo. Por ejemplo: en la zona Sur de Buenos Aires, entre un trigo y una soja; en la zona Sur de Santa Fe, entre un maíz de ciclo corto y una soja.
Los verdeos de invierno deben ser usados como herramientas estratégicamente ubicadas dentro de una cadena forrajera. El objetivo de la planificación de la cadena forrajera es el de minimizar las diferencias en la producción de forraje de los distintos componentes, tratando de mantener una alta producción de forraje en el sistema.
Los componentes de la cadena forrajera y su importancia, serán diferentes de acuerdo a la zona. Por ejemplo: en las zonas húmedas las alfalfas sin reposo invernal tienen mayor producción que en las zonas con inviernos secos, en donde los verdeos invernales tienen mayor impacto en la producción.
En la planificación del uso de los verdeos, en aquellos sistemas basados en pasturas, es aconsejable disponer de los mismos a la salida del invierno o principios de primavera, cuando las pasturas – sobre todo las que tiene base de alfalfa – empiezan a rebrotar. Es el momento de mayor peligro de empaste y por lo tanto conviene retrasar la entrada de los animales, los que mientras tanto deberán disponer de pasto en los verdeos.
También son importantes cuando por cuestiones climáticas (sequía) las pasturas no arrancan o tienen muy poco volumen de pasto.
Es muy importante elegir no sólo la especie a utilizar, sino también la variedad, mirando más que la producción total de pasto, la distribución de esa producción, es decir en qué momento produce el pasto.
Como los verdeos de invierno son utilizados por un período muy corto, el manejo del pasto debe hacerse de manera muy eficiente, para poder amortizar los costos de implantación del verdeo. En el corto período de producción hay que sacarles la mayor cantidad de leche o carne que se pueda.
A veces el costo de implantación del verdeo no hay que medirlo en términos de la producción por hectárea comparado con el costo por hectárea, sino en el impacto que tiene el verdeo en el sistema de producción de ese establecimiento.