En octubre pasado la cámara de Senadores de la Nación dio media sanción y giró a Diputados la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable que tiene entre sus puntos más salientes la obligatoriedad del etiquetado frontal de productos. Y si bien ese es el aspecto que más se conoce no es el único. La propuesta, que desde las 13 están tratando los legisladores, es de tal relevancia que médicos y nutricionistas aseguran que el impacto favorable en la salud de los argentinos puede ser enorme, teniendo en cuenta los altos índices de obesidad que existen en el país.
La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, de 2019, mostró resultados alarmantes, entre ellos que el 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes tiene sobrepeso y obesidad en la Argentina. En tanto, seis de cada diez adultos tienen kilos de más, lo que puede afectar su salud. Se estima que en los últimos dos años -y teniendo en cuenta los efectos nocivos de la pandemia que profundizó la falta de actividad física y el consumo de alimentos no saludables- esas cifras están trepando. De allí que los profesionales que trabajan con pacientes con exceso de peso y todas las enfermedades que están relacionadas con la mala alimentación (diabetes, problemas cardiovasculares) hayan elevado el alerta y pidan que la ley se sancione sin cambios.
La industria alimentaria (conformada por empresas de gran poderío económico) no acuerda con distintos aspectos de la norma.
Además del etiquetado frontal, la ley incluye la regulación de la publicidad, promoción y patrocinio de bebidas y alimentos no saludables y el mejoramiento de los entornos escolares. De ser sancionada, las escuelas públicas y privadas del país deberán incorporar a la "educación alimentaria" entre las materias, y esto vale tanto para la primaria como para la secundaria. También tendrá que mejorarse la calidad de los productos que consumen los chicos que acceden a la copa de leche.
Una ley integradora y necesaria
El Colegio de Graduados en Nutrición de Santa Fe, circunscripción Rosario, es una de las instituciones que salió a defender a capa y espada la ley y espera que Diputados la apruebe sin modificaciones.
Verónica Franceschini, presidenta del colegio profesional, dijo hoy a La Capital que la expectativa es tan grande como la preocupación: "Todos los miembros de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición esperamos tener buenas noticias. La ley, que tiene media sanción en el Senado es integral, abarca distintos ejes, es completa y surgió de 15 proyectos. Se logró la mejor versión y consideramos que es valiosa y pluralista así como fue diseñada, no deberían generarse modificaciones", dijo.
Etiquetas y educación
El etiquetado frontal de manera obligatoria, agregó Franceschini, se basa en evidencia científica, plantea mejorar los estándares y está fuera de todo conflicto de intereses. Es un sistema gráfico de octógonos negros que incluye la palabra "excesos en", advirtiendo sobre los nutrientes críticos que tiene cada producto. "Los nutrientes críticos son las grasas saturadas, las grasas totales, los azúcares y la sal", explicó la licenciada.
También comentó "que se incorpora a los productos alimentarios el exceso de calorías como advertencia". Los límites permitidos para estos nutrientes (es decir, los cortes en los que se basarán las advertencias) son los que promueve la Organización Panamericana de la Salud.
El otro eje es la regulación de la publicidad, promoción y patrocinio de alimentos y bebidas no saludables "establece muchas regulaciones, en algunos casos sobre la información que aparece en las etiquetas como por ejemplo el uso de cuestiones comerciales como son la entrega de regalos con los productos, o que se ingresás el código que aparece en la etiqueta podés ganar premios y otros tantos ítems". Regula muchas de estas propuestas, para desalentar el consumo de productos que son dañinos para el organismo de grandes y chicos. Por otra parte, se busca mejorar lo que los chicos comen cuando asisten a la escuela, ya sea en desayunos, colaciones, almuerzos. "Además, en la currícula escolar su sumará la educación alimentaria", comentó la nutricionista.
"El mensaje es que este proyecto debe aprobarse como está, sin modificaciones. Plantea una regulación de distintos aspectos que pueden poner un freno a la malnutrición por exceso", señaló la licenciada, quien agregó que en los consultorios es importante la cantidad de personas de todas las edades que se acercan para intentar controlar su peso corporal pero que son muchas más las que no toman ninguna medida al respecto.
"El sobrepeso y obesidad son el principal problema de malnutrición en Argentina", enfatizó Franceschini, quien agregó que las enfermedades no transmisibles como la diabetes, las crisis cardiovasculares, la hipertensión están directamente relacionadas, en la mayoría de los casos, con el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física regular. La atención de los especialistas está puesta en la presión que pueden ejercer las compañías productoras de bebidas, galletitas, panificados, snacks, etc, para introducir cambios ya que de promulgarse la ley los afectaría económicamente.