La tarea de recolectar la oleaginosa ha ido sumando otras obligaciones más allá de las habituales, como minimizar pérdidas y evitar dañar el grano. Interesa además realizar una correcta lectura del monitor y aprender a interpretar lo que nos está revelando respecto de la situación en cada rincón del lote.
Pero quizás el agregado más importante pasa por el control de malezas y la invalorable oportunidad de adelantarse a lo que viene. Ganarles de mano y complicarles la existencia. Y el primer paso en esta batalla obliga a tomar todos los recaudos para evitar que sea la propia cosechadora la que se ponga del lado de estos enemigos del rinde.
Cumplido esto, la idea es leer convenientemente el escenario y manejar las malezas antes de que ellas tomen la conducción de su campo y decidan su destino: una gestión proactiva en este sentido aumentará los rindes y reducirá las chances de encontrarse con fenómenos de resistencia.
Es por acá
Al limpiar la máquina antes de ingresar al lote prevenimos que se instalen nuevas especies que nos complicarán en un futuro. Por otro lado, si tenemos manchones de malezas problema, es conveniente no cosecharlos para evitar su dispersión a otras partes del lote y a los que se trillarán a continuación. Eso reducirá el volumen de semilla potencialmente redistribuible en el resto del campo. Asimismo deje para el final los lotes y campos más enmalezados.
Respecto de la limpieza de la cosechadora antes de que abandone el predio, el aire comprimido es la mejor herramienta para sacar estas semillas del equipo. ¿Qué hacer? Vuelque el contenido de la trampa de piedra y elimínelo a fondo con aire comprimido entre campo y campo. Abra las puertas trampa para limpiar la noria de granos y los distintos sinfines internos. Saque el sinfín de descarga para limpiarlo con el aire comprimido. Si sus muestras tienen semilla de maleza podría ser conveniente vaciar el contenido del sinfín de descarga en el suelo y fuera del lote.
Esto como recurso exprés, y ni bien pueda proceda a una buena limpieza a fondo. Es un proceso de cuatro o cinco horas si se quiere hacer como corresponde. En este tema el INTA ha desarrollado un protocolo que tiene por objetivo eliminar el 100% de las semillas de malezas resistentes que pueda contener el equipo. La idea es que el flujo de aire de la sopladora llegue a todos los órganos de la máquina. Esta limpieza debe realizarse fuera del lote, por caso el patio de una casa de campo, donde luego se pueda juntar y destruir esas simientes.
En detalle
x.- En máquinas convencionales, prestar mucha atención al momento de limpiar el sacapajas, la zaranda y el zarandón, ya que es una zona donde quedan adheridas muchas semillas de malezas.
x.-Importa destapar y limpiar delicadamente zonas críticas donde se alojan este tipo de simientes como son el sinfín de retorno y de grano limpio.
x.-Limpiar minuciosamente el cabezal y toda la zona del embocador.
x.- Con todos los órganos de la máquina en condiciones, se debe poner en funcionamiento la cosechadora en vacío, con el cabezal embragado y a las revoluciones de régimen, para que las fuerzas de vibración que se produzcan ayuden a expulsar el material que haya sido removido durante el proceso de limpieza con flujo de aire.
x.- Finalizado este proceso, se debe hacer fluir por todos los órganos internos de la cosechadora material seco con mucha hoja, que ayude a barrer posibles semillas de malezas que pueden haber quedado ocultas durante el proceso de limpieza inicial. Para esta etapa se recomienda ingresar un fardo de alfalfa desmenuzado con la cosechadora en funcionamiento, el cabezal y el molinete embragados y las tapas de los sinfines y norias cerradas.
x.- Por último, se debe repetir todo el proceso de limpieza con sopladora y norias y sinfines abiertos.
La gran oportunidad
Su trabajo entonces no termina con levantar el grano y llevarlo a un lugar seguro. A partir de ahí comienza la tarea de analizar lo que el campo nos está mostrando. En principio, la idea es mapear los lotes: sin la presencia del cultivo es más fácil ver los manchones de malezas que han crecido desde que procedió a remover buena parte de la estructura aérea de la soja. Es el momento adecuado para saber con gran precisión dónde estarán los problemas la próxima primavera.
En base a estas determinaciones es menester aplicar herbicidas tras la cosecha para no darles chance a las malezas y así sacarse un problema de encima, o bien minimizarlo. Cuando hay biotipos resistentes a glifosato, el paraquat puede ser una opción, y es posible combinarlo con un residual, siempre cuidando las especificaciones respecto de qué se puede mezclar y qué no. La elección del residual es crítica porque muchos productos pueden permanecer activos en el suelo e influir sobre el próximo cultivo.
Por lo demás, si no está pensando en un trigo o una cebada, implantar un cultivo de servicio: constituye una herramienta muy útil para terminar de complicarles la fiesta a las malezas problema.
El monitoreo posterior a la cosecha es clave al menos hasta que las temperaturas sean lo suficientemente bajas para inhibir la germinación de malezas, en el caso que sea posible. El control en este momento no sólo ayuda a disminuir la presión de las malas hierbas sino que debería reducir costos en la preparación de la próxima siembra.
