El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi reflexionó sobre la inexistencia de políticas de arraigo que incentiven y apoyen a que los jóvenes permanezcan en los pueblos de origen y trabajar el campo.
El dirigente gremial enfatizó en la importancia que tiene para evitar la migración de los pueblos, el Plan Arraigo impulsado por Juventud Federada, que en junio del año pasado logró su primer dictamen en el Congreso Nacional, el que propone que los jóvenes puedan generar recursos propios en sus lugares de origen y así evitar el éxodo campo-ciudad.
El federado señaló que es necesario crear políticas públicas que incentiven y apoyen a la producción local, ya sea por intermedio de ayudas sociales o facilitando los trámites para dar inicio a un micro emprendimiento, esto apuntando a los “jóvenes de 18 años o más, que ya terminaron el secundario y que viven en un pueblo donde no hay laburo. Si, el padre tiene un campo chico que no alcanza para los dos, ¿cómo lo hace?”.
Ante esta pregunta, remarcó que las ayudas o subsidios que busca el Plan Arraigo, permitiría que el gaucho o el joven que lo deseen, puedan iniciar un micro emprendimiento, algo que hoy por hoy se complica, debido a que “tienen que demostrarle a la AFIP aportes jubilatorios y hacer todas las inscripciones (¡un caos!)…” De esta manera, Eduardo Buzzi enfatizó que darle una “simplificación impositiva y un crédito, van a permitir arrancar con un invernadero de tomates o un criadero de aves, sería crear una política de arraigo en los jóvenes”.
Según planteó Buzzi, el arraigo es algo que se transfiere de familia. “Los pibes lo aprenden en el campo, ayudándoles a sus padres. Y hay jovenes que quisieran tener su propio emprendimiento, y ¿cómo se puede hacer para que la gente se quede en los pueblos?; ¿Cuántas ciudades de Europa tienen más de 8 millones de habitantes, y cuántos habitantes viven a 100 km. del Obelisco? ¡17 millones: un disparate! Porque la comunidad rural, obrera y productores que se fueron alejando (de los pueblos) terminaron todos amontonados acá. Por lo tanto, el arraigo de la juventud agraria, de la cultura de la producción, debe ser una política estratégica, desde el punto de vista geopolítico, más allá de lo económico.