Detectar la presencia de "gusanos blancos" en los lotes destinados a la siembra de trigo. Revisar preferentemente los lotes en los que se haya observado daños en cultivos de maíz o trigo durante los años precedentes (especialmente el último). Si no se cuenta con este registro (aunque sea mental), recorrer primero aquéllos que presentan algunas de estas condiciones:
- Muy pocos años de agricultura después de pastura perenne.
- Siembra directa continua después de pastura.
- Varios años de siembra directa con secuencia de cultivos soja/trigo-soja.
- Siembra directa con secuencia trigo-soja durante 2 o más ciclos.
- Para estar seguros, lo mejor es tener el diagnóstico de todos los lotes.
Evaluar la población en los lotes haciendo más de 10 pozos con pala (25 x 50 cm en superficie y 30 cm en profundidad) en sitios bien distribuidos en todos los sectores del terreno. Si la superficie es grande deberán aumentarse los sitios de muestreo. Los "gusanos blancos" se presentan agrupados (en "manchones") y son más abundantes donde hay gramíneas naturales ("cebadilla", "raygrás", "avena fatua") y a veces en los sectores de bordura linderos con pasturas o caminos empastados.
Este muestreo podría reemplazarse por la observación de agujeros en el suelo (corte plano superficial con pala) pero hay que ser experimentado para identificar los que corresponden al "gusano blanco" vivo; pueden ser de grillo topo, grillo subterráneo, o de una larva que ya no está.
Esta tarea debe hacerse antes de la siembra con el tiempo suficiente para tomar la decisión de control, pero no demasiado anticipada con respecto a la fecha de siembra prevista del trigo. Las larvas pequeñas de "gusanos blancos" son más difíciles de identificar, no se les da tiempo para actuar a los parásitos (controladores naturales), y no se pueden ver sus pupas subterráneas. Se ha comprobado la eficacia de varios parásitos (avispas) en el control natural del "bicho torito", especialmente cuando no se utiliza "chorro de piretroide" con el barbecho químico, que los mata. En la EEA Rafaela del INTA se ha identificado a la avispa Tiphia andina o T. meridionales cuya larva parasita al "gusano blanco" provocándole la muerte antes de que llegue a su máximo consumo. Se registró hasta un 50 % de parasitismo durante mayo-junio. Otra avispa parásita encontrada es Campsomeris sp. que actúa sobre prepupas y pupas de D. abderus.
La identificación de larvas del complejo "gusanos blancos" es imprescindible para diferenciar el "bicho torito" del resto de las especies. Existe una clave que utiliza las setas o "pelos" de la cabeza y el raster (último segmento del abdomen) para diferenciar las especies utilizando una lupa de más de 10 aumentos.
En relevamientos del norte de Buenos Aires, sur y centro de Santa Fe (trabajos de las EEA INTA Pergamino, Oliveros y Rafaela) se han identificado más de 10 especies, de las que se considera económicamente perjudicial a D. abderus. Las demás son calificadas como benéficas por la construcción de bioporos que favorecen la infiltración del agua y el traslado de nutrientes en el perfil del suelo.
Umbral de tratamiento para decidir uso de insecticidas cuando se encuentren más de 4 larvas de "bicho torito" por metro cuadrado en promedio del lote, se puede recurrir al control químico. Este Umbral de tratamiento (UT) fue determinado en la EEA INTA Oliveros con ensayos del ciclo 1994/95 y confirmado en estudios posteriores.
En lotes con una población superior a los 20 larvas de "bicho torito" promedio por metro cuadrado, se sugiere evitar la siembra de trigo y destinar esa superficie a un cultivo de verano. En los ensayos de evaluación de control y daño económico, se ha determinado que la mortalidad es relativamente baja e inferior a la considerada eficaz (80%). Más bien se ha encontrado, en pruebas con suelo confinado (macetas), que el daño se evita por repelencia sobre los "gusanos blancos" y no tanto por mortalidad. Así, en una población de 20 larvas/m2, con una mortalidad supuesta de 70%, quedarían 6 larvas/ m2, número superior al UT y que provocaría pérdidas económicas.
El Control con insecticidas que ha mostrado eficacia y practicidad es el tratamiento de semillas con productos tales como tiodicarb, tiametoxán, teflutrina e imidacloprid, que puede hacerse en forma preventiva juntamente con fungicidas para control de enfermedades tales como "carbón hediondo" y "carbón volador"; existen productos comerciales dobles (insecticida + fungicida). Esta aplicación es de bajo impacto sobre los enemigos naturales y demás organismos en el suelo.
El uso de insecticidas en superficie por aspersión en cobertura total (pulverización antes de la siembra o en post-emergencia del cultivo) ha presentado resultados erráticos, los cuales nunca superaron el 50% de mortalidad con muestreos posteriores al tratamiento. Además, esta mortalidad se logró por lluvia inmediata (24 horas posteriores) que provocó la salida de las larvas a la superficie y el contacto con el insecticida. También debe considerarse su efecto negativo en la eliminación de parásitos muy eficaces en el control natural y que en muchas situaciones estos tratamientos se realizan para detener los daños cuando éstos ya son irreversibles (trigo encañado y espigado con raleo de plantas). Existen varios insecticidas registrados para ser aplicados a las semillas antes de la siembra.
Cuando la primavera es lluviosa y los suelos están con buena humedad es de esperar que se produzca el control natural del "bicho torito" a través del hongo llamado Cordiceps sp. que provoca la mortalidad de las larvas al final del tercer estadio y en prepupa. Este suceso contribuye a disminuir la población de adultos en ese lote.
Ing. Agr. Rubén A. Massaro