La decisión podría provocar nuevas tensiones en las relaciones con Estados Unidos tras la reciente solución de una disputa comercial, según analistas. Reuters.
La prohibición fue propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum, luego de que un panel de arbitraje dentro del tratado comercial T-MEC (Estados Unidos-México-Canadá) dictaminara en diciembre que las restricciones mexicanas a la importación de maíz transgénico violan el acuerdo.
Como resultado, México levantó la prohibición de importar maíz transgénico para uso alimentario, industrial y de piensos. Al mismo tiempo, el país ya había prohibido el cultivo comercial de esas variedades de maíz, argumentando que corre el riesgo de contaminar los cereales tradicionales locales. Ahora, Sheinbaum ha iniciado la introducción de esta prohibición en la Constitución.
La reforma fue aprobada por 409 votos a favor y 69 en contra. Establece que el maíz local es un "elemento de identidad nacional" y prohíbe el cultivo de maíz transgénico en México.
"Cualquier otro uso del maíz genéticamente modificado debe evaluarse... en términos de la amenaza potencial a la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su gente", dice el documento.
El documento aún necesita ser aprobado por el Senado.
México importa cada año maíz transgénico por valor de alrededor de 5 mil millones de dólares desde Estados Unidos, principalmente para alimentación animal.
Algunos analistas advierten que la reforma podría desatar un nuevo conflicto con Estados Unidos, pues afecta no sólo al cultivo sino también al uso del maíz transgénico en general.
La consultora GCMA señala que la decisión del gobierno mexicano de endurecer las restricciones genera "incertidumbre" en las relaciones con Estados Unidos, principal proveedor de maíz amarillo de México.
"Tras el fallo desfavorable del panel de arbitraje del T-MEC, es probable que la insistencia de México en imponer estas restricciones provoque medidas correspondientes por parte del gobierno estadounidense", señala el informe de la GCMA.