Ya son 17 las almazaras (fábricas de extracción de aceite de oliva) que certificaron la denominación de Indicación Geográfica (IG). Se trata de una etiqueta de validez mundial, que garantiza calidad mediante estrictas medidas de seguridad, algo así como la denominación de origen para los vinos.
Lograron ese reconocimiento algunas regiones de la Unión Europea y Túnez, en África, más Argentina a través de Mendoza. Así lo señaló el gerente del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), Alfredo Baroni, quien considera a la IG como un punto de inflexión, por tratarse de un reconocimiento perpetuo.
Recordemos que, en setiembre de 2022, Mendoza tuvo un logro histórico al convertirse en la primera región del continente americano en tener el sello Indicación Geográfica (IG) para sus aceites de oliva extra virgen.
En esa fecha, el Ministerio de Economía y Energía y el IDR presentaron la etiqueta IG que llevan los envases. Así, "el consumidor puede saber cuál es el aceite IG, que es un sello de excelencia", aseguró oportunamente el ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié.
La superficie actual cultivada, unas 13.000 hectáreas, permite producir unas 80.000 toneladas: 50.000 para aceitunas verdes y 30.000 aceite, lo que deriva en 4.800 toneladas de aceite de oliva.
Mendoza fue la primera productora del país y, después de la promoción industrial de la década del 90, se ubica hoy en el cuarto lugar, teniendo en cuenta que hubo beneficios para provincias vecinas como San Juan, Catamarca y La Rioja, que hicieron crecer la producción
La olivicultura mendocina es mixta: tradicional y de bajo rendimiento. En el otro extremo se sitúa la intensiva y moderna. En la tradicional, las plantas están más distanciadas, 10 x 10 metros entre plantas y 10 metros entre hilera, son más grandes, la variedad es arauco y el rendimiento es bajo. La olivicultura intensiva y moderna se caracteriza por tener menor distancia entre plantas, cosecha mecanizada, riego por goteo, ejemplares más bajos, más fáciles de cosechar y rendimiento mayor.
Una almazara es el lugar donde se procesa el aceite de oliva. Su nombre proviene del árabe y significa "lugar donde se exprime". Y, en verdad, el aceite de oliva es un jugo (de oliva), porque la aceituna es el fruto preparado para consumir en la picada o en la piza.
Mendoza participa en concursos y Laur fue galardonada como la número 1 en el mundo. El año pasado se alzó nuevamente con el máximo galardón otorgado por AOVE Ranking Mundial (EVOO World Ranking), lo que la posiciona por segundo año consecutivo como la mejor olivícola del mundo, por encima de empresas de países como España, Portugal, Turquía, Italia y Túnez.
Laur fue pionera en la implantación de olivares en la provincia de Mendoza, como también en la elaboración de aceite de oliva, y en 2021 se consagró como la número 1 en el ranking mundial de aceite de oliva.
Arauco y perfil sensorial
Con alto contenido de ácido oleico otorgado por la latitud de cultivo y el clima mediterráneo, tiene presencia de la variedad arauco típica de la zona. Aparecen también variedades complementarias, como frantoio, arbequina, farga, coratina, picual y corneiki, todas ellas presentes en la zona delimitada.
El perfil sensorial se centra en frutado intenso, con otros atributos positivos, como el amargo y el picante de intensidad media-alta. En nariz, se destaca por un frutado ligero y ausencia de defectos.