A pesar de que los números difundidos por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) el pasado martes plantean un escenario muy tranquilizador para la demanda en la plaza maicera internacional. Al respecto, la producción del forrajero a nivel mundial sería récord alcanzando 964,3 millones de toneladas. Lo cual, permitiría una recomposición importante de reservas a nivel mundial, pero, especialmente en el “País del Norte”. A pesar de ello, las cotizaciones en Chicago no han retrocedido a las cifras previstas meses atrás por muchos “numerólogos”. La cuestión es bastante sencilla. Los mercados son realidades y... en gran medida expectativas. Además, no pareciera apropiado aplicar los modelos de simulación de precios con bases estadísticas de las últimas decenas de años. Insistimos en que el actual es un mercado que está dominado por la demanda y las proyecciones de muchos pesimistas en materia de cotizaciones no parecieran caracterizarse por una correcta ponderación de estos factores de mercado de mucho peso relativo en la actualidad. Si reconocemos que “Chicago queda en Estados Unidos” y que dicha plaza es la de referencia a nivel global, asumimos que el balance de oferta y demanda del “País del Norte” es fundamental para el nivel de precios en el comercio internacional. Por el lado de la demanda interna en Estados Unidos, los indicadores por el momento vienen siendo muy auspiciosos. Por caso, la firmeza en las cotizaciones de las acciones de las grandes compañías vinculadas con la producción de alimentos balanceados en dicha nación pareciera presagiar que el consumo forrajero superará las proyecciones de tendencia. A su vez, si bien es cierto que la Enviromental Protection Agency (EPA), Organismo que se ocupa de los temas vinculados con el medio ambiente en los Estados Unidos recomienda (aunque no obliga) reducir el uso mandatario de maíz para etanol, la realidad es que los márgenes de molienda en el Estado de Iowa, hoy por hoy son los mejores de los últimos años. Incluso superiores a cuando esta actividad gozaba de subsidios. Ello está llevando a que la industria este operando a un excelente ritmo, logrando máximos productivos que no eran registrados desde fines del año 2011.
Por el lado de la demanda externa, las exportaciones proyectadas por el USDA para el ciclo 2013/14 también merecen algunos comentarios. En primer lugar, el ritmo de las mismas es impresionante y los compromisos ya asumidos (a solamente tres meses de iniciado el ciclo comercial) superan el 72% de lo proyectado para toda la campaña. En segundo lugar, el número previsto asume un nivel de exportaciones por parte de Argentina y Brasil que no se cumplirá. En ambas naciones se verá reducida la superficie sembrada en forma significativa. Por razones climáticas en parte, pero también por una señal de precios muy distinta a la de un año atrás. Ello, obviamente, significa menor producción del forrajero y resulta inevitable que se traduzca linealmente en menores exportaciones desde América del Sur. En consecuencia, las ventas externas estadounidenses deberán ser mayores a las previstas actualmente y los stocks de cierre se verán ajustados negativamente a medida que avancemos en el calendario. Pero también es necesario observar que ya se descuenta un recorte en el área a sembrarse en el ciclo 2014/15 en Estados Unidos. Esto, como consecuencia de la relación de precios actual entre el maíz y la soja en Chicago, favorable para la implantación de la oleaginosa. En efecto, las ventas de insumos de precampaña ya generan proyecciones que asumen que el área sojera en el “País del Norte” (siembra entre los meses de mayo y junio) crecería alrededor de dos millones de hectáreas a expensas del maíz el año que viene (implantación entre los meses de abril y mayo). Ello, traducido en números, podría representar un recorte de 20 millones de toneladas de producción del forrajero en el próximo ciclo. Así, entre ambos ajustes, siempre y cuando el clima acompañe, el año calendario 2014 en Estados Unidos podría tener aproximadamente 30 Millones de toneladas de merma en la oferta del cereal. En un mercado donde el “primer mandamiento” es no subestimar la demanda, la cuestión tiene su peso.
En dicho contexto, la siembra de maíz en nuestro país no pareciera ser una mala decisión. Sembrar y no mirar las noticias por unos meses pareciera ser la consigna.