El bloqueo que desde hace varios días obstaculiza el avance de la construcción de una planta procesadora y acondicionadora de semillas de maíz de la empresa Monsanto en la zona de Malvinas Argentinas, Córdoba, viene despertando reacciones de todo tipo. El gobernado cordobes, José Manuel de la Sota, vía twitter ya había sido duro con el Gobierno nacional acusando de contradictorio, que por un lado alienta la inversión de empresas como Monsanto pero por el otro da el visto bueno para que manifestantes corten la construcción de la planta.
"@CFKArgentina diga a su gente (Fresneda & Cia.) que Ud. alentó y logró la llegada de Monsanto a Malvinas Argentinas. Que paren la violencia", escribió de la Sota.
Hoy fueron las empresas nucleadas en la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) las que emiteron vía comunicado de prensa su repudio a "toda forma de violencia", mientras que "reivindican el derecho a trabajar y a manifestarse en forma pacífica dentro del marco de la ley".
"Esta situación pone en riesgo una oportunidad concreta de crecimiento, trabajo y desarrollo para la comunidad de Malvinas Argentinas y para el país", manifestó CASAFE.
A la par de solicitar que se reanude el plan de obra de este "proyecto aprobado por las autoridades correspondientes", CASAFE aseguró que "El sector agroindustrial genera el 36% del empleo nacional que da lugar a la producción de más de 100 millones de toneladas de granos e implica un aporte de más del 40% de los recursos tributarios que recibe el Estado Argentino".
Días atrás y en el mismo sentido que CASAFE, la Asociación Semilleros Argentinos (ASA), junto a la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (AAPRESID) y las cadenas de cultivos (MAIZAR, ARGENTRIGO, ASAGIR y ACSOJA) ya habían manifiestado su preocupación por el bloqueo que por más de 15 días.
