Según el último informe del GEA, «el ingreso de los frentes fue recurrente durante los últimos treinta días provocando el desarrollo de lluvias y tormentas de variada intensidad. Finalmente la distribución territorial fue bastante generalizada». Las precipitaciones estuvieron presentes con una frecuencia de casi un evento por semana, Hubo casos de acumulados puntualmente intensos. Las condiciones de reticencia pluvial que caracterizaron la campaña de granos gruesos 2020/21 parecen haber quedado detrás.
«Los acumulados de la última semana del mes no fueron tan voluminosos sobre la región núcleo como en las ocasiones anteriores, en general entre 20 y 40 milímetros.
Algunos casos puntuales sobre la franja este superaron esos valores ampliamente», explicaron los especialistas. Los grandes ganadores de estas lluvias fueron la franja central de Buenos Aires, el norte de la Pampa, el oeste de Chaco y el NEA, zonas donde los acumulados superaron ampliamente los 100 milímetros alcanzando máximos cercanos a los 200 milímetros.
Aún con la disparidad del reciente evento, en el balance general, marzo se convierte en el segundo mes del semestre cálido en alcanzar, e incluso superar en gran parte de las zonas productivas, los valores medios históricos mensuales. «Lo importante es que la actividad pluvial no encontró obstáculos para llegar a las regiones de la franja este recomponiendo el patrón de precipitaciones. Según las proyecciones, comienza a haber una tendencia hacia la normalización«, agregaron.
El sistema de alta presión se desplazó hacia el océano, los flujos de humedad están más activos y las masas de aire frío han sido más débiles. Estas características,
sumadas a que el efecto de la Niña continua mostrando un debilitamiento sostenido de su enfriamiento, permiten proyectar un otoño con mejor provisión de} agua.
Con las lluvias de marzo la disminución del área de sequía es evidente, las reservas adecuadas u óptimas cubren casi la totalidad de nuestro mapa, con excepción del norte de Buenos Aires. Es claro que esta mejora llega tarde, pero contar con buenas lluvias en la transición estacional juega muy a favor de la recarga de los perfiles para la fina. Los pronósticos no indican lluvias en el corto plazo.
Pero el cierre de marzo y la transición hacia el mes de abril se encuentran dominados por la presencia de aire más húmedo. «Esto permite cierto optimismo en cuanto a considerar que las reservas hídricas pueden recomponerse razonablemente hasta el inicio de las siembras de la fina», concluyeron.