Brasil está embarcando este año su mayor cosecha, que refleja una capacidad agrícola que lo ha llevado a convertirse en el granero del mundo. Pero los crecientes volúmenes han sobrepasado la infraestructura y han creado un caos en los puertos.
La fila de barcos esperando para cargar granos en el puerto de Santos -el más grande de Brasil- se acortó a 51 barcos el 4 de mayo desde los 72 de un hace un mes, según datos de SA Commodities/Unimar. En el mayor puerto de granos, Paranagua, la fila disminuyó a 81 embarcaciones desde 86. "Pensamos que lo peor ha pasado y la tendencia ahora es a que la fila se acorte", dijo Nicolle Alves de Castro de SA Commodities/Unimar en Santos.
La cosecha de soja pasó su punto más alto y los volúmenes despachados a los puertos empezarán a decrecer, afirmó. Con un clima más seco ante la cercanía del invierno en el hemisferio sur, De Castro dijo que el volumen de soja embarcada en mayo podría acelerarse desde los cerca de 7,15 millones de toneladas de abril, una cantidad nunca antes vista. En abril de 2012 se habían cargado 4,4 millones de toneladas. La disminución de las filas recortará los costos de sobrestadía de unos u$s 20.000 diarios y quitará presión al Gobierno, tras una serie de reportajes negativos que muestran cómo la falta de infraestructura paraliza uno de los sectores más dinámicos del país: la agricultura.
El puerto de Santos ha seguido los pasos de Paranagua en las últimas semanas y estableció el anuncio previo de las entregas de camiones para aliviar la congestión. Además, se establecieron turnos de 24 horas de inspectores gubernamentales para aumentar la eficiencia.