Para lograr un crecimiento ambientalmente sostenible las empresas agroindustriales de todo el mundo han puesto el foco en la generación de energías alternativas y renovables.Esto es también una respuesta a los consumidores de hoy, que son cada vez más exigentes y demandan productos limpios y amigables con el medio ambiente.
Las ventajas comparativas de América latina como productor eficiente de etanol son asombrosas. En Brasil, el área dedicada actualmente a la caña de azúcar es casi 45 veces más pequeña que la disponibilidad total de tierras agrícolas y de pastoreo. Incluso si el 100% de la gasolina para el transporte fuera sustituida con etanol (por encima del 50% de la actualidad), la tierra requerida para producirla sería cerca de la mitad de lo que actualmente Brasil destina al maíz. En Argentina, se encuentra en desarrollo y expansión el Programa Nacional de Biocombustibles, y el régimen de promoción del bioetanol, que establece que las empresas petroleras deben mezclar con las naftas –Común, Súper y Premium- un porcentaje del 5 % de bioetanol.
El Régimen de Biocombustibles entró en vigencia el 1° de enero de 2010 en Argentina con el objetivo de reemplazar el uso de un recurso no renovable, como el petróleo, por un combustible renovable, el alcohol de caña o cereales. De esta forma, las producciones regionales de caña de azúcar de Argentina están participando de la tendencia mundial hacia mayor generación de energías renovables a partir de su ingreso en 2010 al Programa Nacional de Biocombustibles, produciendo bioetanol de caña de azúcar.
La caña de azúcar produce hasta 8 unidades de energía por cada unidad de energía usada en el cultivo y producción de etanol, en comparación con las 1,3 unidades que genera el maíz.
Ningunos “Burritos”. La empresa Ledesma, ubicada en los pagos del conocido ex jugador de River Plate, Ariel “El Burrito” Ortega, en el norte argentino, produce actualmente 49.000 metros cúbicos de bioetanol por año y cuenta con una capacidad instalada para producir 100.000 metros cúbicos por año. El uso del bioetanol permite reducir el impacto en el medio ambiente que producen los combustibles fósiles, y según el World Energy Outlook, se estima que, junto a otros biocombustibles, movilizará el 20% del transporte mundial para el año 2040 (frente al 3% actual).
Pero el alto valor energético de la caña de azúcar no se agota en los derivados de sus jugos (azúcar, alcohol, bioetanol y papel) sino que esta gramínea ofrece otras dos importantes fuentes de bioenergía. Estas son: la biomasa de la caña de azúcar en dos formas diferentes, la fibra (aquella parte que no se usa para hacer papel) y las hojas y restos vegetales que quedan en el campo luego de la cosecha de la caña.
Los biocombustibles pueden satisfacer sólo una pequeña fracción de las necesidades mundiales de energía, y en muchos lugares no serán una buena opción. Pero en aquellas regiones del planeta que han sido bendecidos con condiciones ideales para producirlos en forma sostenible deben ser alentados. Latinoamérica es claramente una de estas regiones a partir del cultivo de grandes superficies de caña de azúcar.
Datos Curiosos
• Las ventajas comparativas de América latina como productor eficiente de etanol son asombrosas.
• La caña de azúcar produce hasta 8 unidades de energía por cada unidad de energía usada en el cultivo y producción de etanol, en comparación con las 1,3 unidades que genera el maíz.
• El bioetanol, junto con otros tipos de biocombustible, movilizará el 20% del transporte mundial para el año 2040 (frente al 3% actual).
• La producción de bioetanol en Ledesma genera un movimiento logístico de 150 camiones por mes para transportar biocombustible.
• Cuatro de cada diez unidades de energía empleada por Ledesma proviene de fuentes renovables.
• El 20% fue el crecimiento en el uso de energías alternativas durante 2012 en el complejo industrial de Ledesma en Jujuy.