Las lluvias del fin de semana favorecieron al trigo de Argentina pero no alcanzaron a algunas de las principales zonas maiceras afectadas por la falta de humedad, lo que llevaría a muchos productores a volcarse a la soja.
El sur de la provincia de Buenos Aires, que es el centro triguero del país, fue alcanzado por nuevas lluvias en los últimos días y podría recibir más agua entre el jueves y el viernes próximos, que permitirán una buena evolución del grano, que ya fue sembrado en su totalidad y cuya cosecha comienza a fin de año.
Pero las precipitaciones no alcanzaron a varias zonas del centro agrícola que desde hace semanas necesitan de forma desesperada lluvias para iniciar la demorada implantación de maíz de la temporada 2013/14.
"Si hasta el 15 de octubre no llovía en esas zonas, tenían que dedicarse a la soja o al maíz de segunda", destacó Germán Heinzenknecht, de Consultora de Climatología Aplicada.
La soja es el principal cultivo del país y su siembra empieza semanas después que la del maíz, lo que la vuelve en la primera opción para los agricultores que no consiguen implantar el cereal. Además, sus costos de siembra son inferiores a los del maíz.
"El efecto de esa falta de lluvias en la zona central es de prácticamente la paralización de la siembra de maíz, además de bajos rendimientos en trigo", añadió.
Los expertos no esperan, de todos modos, una mala cosecha de maíz. El ministro de Agricultura dijo que será superior a los 30 millones de toneladas, frente a los 32,1 millones de la temporada 2012/13.
Las áreas actualmente perjudicadas por la falta de lluvias son el sudoeste de Entre Ríos, el centro-sur de Santa Fe, parte del norte de Buenos Aires y el centro-este de Córdoba. Estas provincias son las cuatro mayores productoras agrícolas del país.
Argentina es el tercer exportador mundial de maíz y el más importante de aceite y harina de soja, además de uno de los mayores de trigo.