Los datos De acuerdo al Indicador Sintético de la Actividad en las Provincias (Isap), que elabora el estudio Federico Muñoz & Asociados, las provincias prácticamente no registraron crecimiento económico en 2012, tras un 2011 en que la actividad se expandió en promedio un 6 por ciento. Los fríos números muestras que el año que finalizó hace dos semanas atrás permitió la expansión del país cercana al 1 por ciento. El estudio de Federico Muñoz resaltó que las provincias con mayor caída en el nivel de actividad entre enero y septiembre de 2012 fueron varias de las más grandes, encabezadas por Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe y San Luis, según destaca el diario el Cronista Comercial.
En contraposición, el norte del país siguió aportando al grueso de las provincias más pujantes. Salta, Formosa, Misiones y Corrientes ocupan cuatro de los seis primeros lugares del ranking. Sólo San Juan y Neuquén interrumpen la primacía norteña entre las provincias más dinámicas. La Ciudad de Buenos Aires, según los números de Federico Muñoz, entre enero y septiembre del año pasado no registró crecimiento alguno frente al mismo periodo de 2011. Las estimaciones indican que en 2012 el crecimiento trimestral del Isap Nacional (un indicador que intenta replicar el comportamiento del PBI) será nulo.
Mientras que la variación interanual llega al 1,1 por ciento. La opinión Guillermo Giussi, especialista de la consultora Economía & Regiones, consideró que “en el caso de Córdoba, ésta se vio muy afectada por el freno en la industria automotriz, derivado de la desaceleración de Brasil y los problemas comerciales. En cambio, Mendoza, Salta y San Juan se beneficiaron por la pujanza de la actividad minera. Si bien las mineras tuvieron problemas de exportación, no tuvieron inconvenientes de producción”. “En lo que se refiere a Santa Fe, la industria aceitera cayó mucho por la falta de cereales, mientras que las provincias patagónicas sufrieron la menor producción de hidrocarburos”, expresó. Otros especialistas resaltan también que la apreciación del tipo de cambio ha afectado particularmente las economías regionales, que no basan su producción y exportaciones en commodities agropecuarios como la soja, que sostiene su valor.