Los futuros agrícolas no quedaron a salvo ayer del malhumor de los mercados por el anuncio de la Reserva Federal estadounidense de comenzar a reducir este año su política de estímulo monetario. Aunque se trata de un tropezón, lo cierto es que las perspectivas de una mejora en la oferta global de soja, hacen prever que las cotizaciones mundiales del poroto se muevan hacia la baja en las próximas semanas, lo que encenderá las alertas en la Argentina, que tiene en la oleaginosa su principal producto de exportación y de ingreso de dólares.
Así Chicago, principal mercado de commodities agrícolas mundial, se acopló al derrumbe que experimentaron el resto de las plazas financieras. Allí las posiciones de soja, tanto de la actual como de la nueva campaña, sufrieron la mayor caída en dos meses.
La posición julio de la oleaginosa, aún el contrato más activo en Chicago, perdió 1,6%, y terminó en u$s 549 la tonelada, un precio que no tenía desde mediados de mayo. Este mes, la oleaginosa tocó su mayor valor desde noviembre pasado: u$s 565 por tonelada, de la mano de preocupación de los inversores ante una apretada oferta futuro del poroto como consecuencia de un clima adverso para la siembra de la nueva cosecha en Estados Unidos.
Ayer, la posición noviembre correspondiente al nuevo ciclo agrícola perdió 2%, hasta u$s 472 la tonelada, el mayor derrape desde el 15 de abril último.
El maíz tuvo el mismo derrotero: perdió 1,4% para finalizar en u$s 263,82 la tonelada. La baja en el cereal se produce cuando había escalado días atrás a un máximo en los últimos 4 meses, al orillar los u$s 270 por tonelada.
Al contagio de las noticias externas, que determinó el derrumbe en todos los mercados, tanto emergentes como de países desarrollados (ver F&M tapa), se sumaron factores de los fundamentals agrícolas: la previsión de un clima con oportunas lluvias, temperaturas y sol veraniego impulsaría el desarrollo de la siembra de la cosecha gruesa, que hasta el momento venía más que demorada, dado que el otoño no aportó las mejores condiciones, ya que el último mes y medio estuvo dominado por temperaturas más frescas que lo ideal.
El servicio meteorológico estadounidense consideró que el tiempo será normal en los próximos tres meses, por lo que los analistas agrarios creen que la siembra tardía de soja y maíz podría tener éxito y mejorar de manera sustancial los rindes y, por ende, la disponibilidad de grano para la próxima campaña.
En ese marco, el Departamento de Agricultura estadounidense (Usda) proyectó que la producción norteamericana de la campaña gruesa 2013/14 de soja y maíz será récord, recuperándose de la sequía precedente. El mercado está expectante de los pronósticos que el Usda dará sobre superficie que se destinará a cada cultivo, el próximo viernes 28.
Las previsiones de recorte (de oferta) no son tan amenazantes. El potencial agrícola es cada vez más grande y parece que las perspectivas agrícolas de EE.UU. han mejorado, dijo a Bloomberg Dan Cekander, director de análisis de mercado de cereales de Newedge LLC en Chicago.