Es probable que la siembra de trigo en Argentina disminuya este año, ya que los agricultores calculan el riesgo de intervención estatal en el mercado, mientras que se espera que la nueva demanda china de cebada forrajera sudamericana induzca a algunos productores a cambiar de cultivo.
Australia, el proveedor habitual de cebada de China, ha sido marginado debido a una disputa comercial bilateral. Esto deja a Argentina como un proveedor clave, junto con Francia y Canadá, del principal importador de materias primas del mundo.
El trigo y la cebada compiten por el área de siembra en el cinturón de granos de la Pampa argentina. Ambos se plantan a mediados de año.
"La cebada será una alternativa para quienes quieran reducir los riesgos regulatorios para la temporada que comienza, aunque esta opción solo está disponible para algunas áreas de cultivo", dijo Ezequiel De Freijo, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, que representa a algunos de los mayores agricultores del país.
Los productores se vieron sacudidos a principios de este año cuando el gobierno limitó brevemente las exportaciones de maíz en un intento por contener la inflación. Luego, el Ministerio de Agricultura abandonó un plan para aumentar los impuestos a la exportación de trigo tras el furioso rechazo de los productores.
"Mostraron flexibilidad cuando se enfrentaron a una resistencia inesperada", dijo Jorge Chemes, director de las Confederaciones Rurales Argentinas, un grupo de cabildeo agrícola.
"No estamos en pie de guerra, pero debemos estar atentos".
Con el gobierno desesperado por recaudar dinero y mantener bajos los precios de los alimentos, los productores temen que el líder peronista del país, Alberto Fernández, aún pueda intervenir en el mercado del trigo.
"Es un hecho cierto que la próxima temporada de trigo enfrentará una mayor incertidumbre regulatoria", dijo De Freijo.
La última vez que Argentina limitó las exportaciones de trigo fue en 2008-2015 bajo la ex presidenta peronista Cristina Fernández, quien ahora es vicepresidenta. La siembra de trigo se redujo durante ese período de 5,5 millones de hectáreas a 3 millones a 4 millones de hectáreas.
La cebada es una alternativa atractiva esta temporada, ya que China, privada de su suministro habitual de la cercana Australia, compra enormes volúmenes de grano para reconstruir su piara de cerdos después de que fuera azotada por una epidemia de peste porcina africana.
"La mayoría de nosotros nos inclinaremos más por la cebada este año que el pasado", dijo Roberto Cameron, un agricultor cerca del pueblo de Lobería en la provincia de Buenos Aires. "La mayoría de las exportaciones argentinas de cebada se dirigen a China, al menos en el futuro previsible".
La temporada pasada, los agricultores argentinos cosecharon 17 millones de toneladas de trigo de 6,5 millones de hectáreas plantadas (16 millones de acres), según la Bolsa de Granos de Buenos Aires. Trajeron 4,1 millones de toneladas de cebada de 900.000 hectáreas (2,2 millones de acres) la temporada pasada, según datos de intercambio. Aún no se han realizado las previsiones para la siembra 2021/22.
Pero las exportaciones récord de cebada a China parecen estar empujando a los productores hacia esa cosecha.
Agustín Bilbao, consultor de productores en 30.000 hectáreas (74.130 acres) de tierra de primer nivel para el cultivo de cebada cerca de la ciudad portuaria de Necochea, en Buenos Aires, dijo que el año pasado la tierra en el área había sido 45% de trigo y cebada, con una superficie de 40%. 60 dividido entre los dos cultivos.
"Esta temporada esperamos que los agricultores que nos consultan sigan sembrando un 45% de trigo y cebada. Pero pronosticamos que el 75% de esa área será cebada y solo el 25% trigo ", dijo Bilbao.
