A pesar de que el lino es símbolo de muchas cosas que fenecen, es esencial rescatarlo del olvido para apuntalar una agricultura cada vez más sustentable.
Hasta no hace mucho tiempo y cuando el invierno se avecinaba, en lo único que se pensaba era en hacer trigo. En pos de mantener la rentabilidad de la actividad agrícola se abrió el espectro a otras alternativas invernales; por ejemplo, garbanzo.
Pero esta leguminosa no es la única en aparecer en el horizonte productivo de la región; cereales como la cebada cervecera u oleaginosas como la colza nos plantean el desafío de dejar el “piloto automático” y volcar todo nuestro profesionalismo en el actividad.
Cultivar en invierno en la región central de la provincia de Córdoba requiere por parte del técnico y/o productor repentización y visión de futuro. No siempre se dan las condiciones para cultivar pero, si se dieran, es conveniente tener en claro una hoja de ruta.
Al igual que en verano, en invierno también hay que rotar los cultivos. La secuencia trigo, arveja y el lino ha dado buenos resultados en Canadá. Antes de embarcarse en este tipo de empresa, se debe contar con información actualizada sobre cada uno de los cultivos partícipes de la rotación.
El objetivo del presente trabajo fue determinar el efecto de la fecha y densidad de siembra sobre el comportamiento agronómico en lino cultivado en la región central de la provincia de Córdoba.
En el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) se llevó a cabo un ensayo en el que se evaluaron fechas y densidades de siembra. A tal fin, se utilizó la variedad “Panambí”, en cuatro fechas de siembra (12 de abril, 3 y 24 de mayo, y el 14 de junio de 2012).
Las densidades de siembra usadas fueron: 125 y 250 semillas viables por metro cuadrado. Cada combinación de tratamientos dispuso de una parcela compuesta por siete surcos de cinco metros de longitud distanciados por 20 centímetros.
Dado que el cultivo de lino se evalúo conjuntamente con otras especies, la distribución a campo del material fue en parcelas divididas donde a las parcelas principales le correspondieron las distintas fechas de siembra y a las sub-parcelas los cultivos.
Se recurrió al uso de un diseño en bloques completos aleatorios, con dos repeticiones. Sobre la base de una muestra de tres metros lineales tomadas a partir de cada unidad experimental, se midieron o estimaron las siguientes variables: rendimiento en grano y rastrojo (kg/ha), índice de cosecha (%), número (m2) y peso de mil granos (g).
Resultados. Los rendimientos en granos fluctuaron entre los dos mil y los 800 kilos por hectárea. La fecha de siembra, del 24 de mayo sufrió daños totales por heladas. En líneas generales, con el atraso de la fecha de siembra se observó una caída en la producción. Algo similar sucedió con el resto de las variables analizadas.
Los rendimientos en grano obtenidos con las siembras de abril y principios de mayo están a tono con los que se obtienen en la región núcleo para el cultivo (Entre Ríos). Se continuará con la evaluación conjunta de los distintos cultivos invernales con el propósito de generar una base datos sobre la cual armar una estrategia de producción de bajo costo y de alta calidad.
*Las autoras son estudiantes de Ciencias Agropecuarias (UNC), con la tutoría del ingeniero agrónomo Ricardo Maich.