La propuesta del candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli, pretende mejorar la rentabilidad y competitividad de las economías regionales mediante reintegros a las exportaciones y sin descuidar el desafío de transitar gradualmente hacia el equilibrio fiscal. La propuesta es extraída de la síntesis ejecutiva del documento Desarrollo Económico y Productivo lanzado recientemente por el candidato.
El objetivo es quitar peso impositivo a los ingresos de nuestras economías exportadoras cuidando de que ello no perjudique el sostenimiento de otras políticas de inversión hacia el sector.
La propuesta enfatiza en que los reintegros y gravámenes a cada sector permitirán construir una industria más competitiva que sostenga los niveles salariales, amplíe los destinos de exportación y diversifique la producción para el mercado interno.
Haciendo eje en una Argentina Federal, Scioli, pretende respaldar a los emprendedores que se encuentren en desventajas comparativas respecto del resto, readecuando las retenciones de acuerdo a las dificultades regionales, volumen de explotación, y a su ubicación geográfica debido a que esto implica un mayor esfuerzo para producir y trasladar los bienes hacia los puntos de salida al exterior.
Además se crearán fondos estabilizadores para las economías regionales, a través de herramientas financieras (fideicomisos) que posibiliten el diseño y ejecución de planes quinquenales de exportación equilibrando los cambios bruscos que surjan de cuestiones tales como variación de precios internacionales, alteración de tipo de cambios, excedentes globales de producción, subsidios de terceros países, etc.
La propuesta concreta de Daniel Scioli para la vitivinicultura se apoya en tres problemas básicos a resolver:
*Excedentes estructurales: Se deben eliminar 200 millones de litros de vino, hoy sin mercado.
*Competitividad: Se enfrenta una competencia internacional con monedas devaluadas o economía subsidiadas. Se deben incrementar los reintegros, en forma temporaria, para mantener los niveles de exportaciones en los segmentos de precios bajos y de mayor volumen.
*Productividad: Para ser competitivos se deben producir en el segmento de commodities mayor cantidad de kilos por hectárea.
Para sostener la competitividad de las economías regionales resulta necesario un dólar diferencial que permita ajustar las devaluaciones de las monedas de nuestros competidores y el impacto de los subsidios internacionales, y al mismo tiempo, posibilite contar con fondos para financiar los desequilibrios estructurales entre oferta y demanda. En el primer caso resulta un ajuste de tipo coyuntural y en el segundo un ajuste de orden estructural.
El desafío es obtener recursos genuinos para construir un Fondo de Afectación Específica (sabido es que el Tesoro Nacional financia el Fondo del Tabaco, y otros menores como la Yerba Mate, el Vitivinícola, el del algodón entre otros). En ese sentido la respuesta es contundente. La única fuente de ingresos genuinos es un incremento sostenido de la recaudación por impuestos nacionales. Por esta razón propone la creación de una norma del Congreso Nacional que establezca la afectación de fondos para corregir las distorsiones del mercado mediante un mecanismo impositivo que facilite la recaudación e incremente los ingresos fiscales a través del control de la formulación de la economía.
Para la implementación se considera que la mejor herramienta es la generalización de la figura del agente de percepción de IVA en la etapa mayorista, dado que a los valores de facturación se le agrega el porcentaje de la percepción del impuesto al valor agregado, obteniendo las siguientes ventajas:
a) Al ser un pago a cuenta del impuesto para el contribuyente no tiene ningún impacto impositivo. Sólo un costo financiero de corto plazo entre la fecha de pago y la de vencimiento de la obligación fiscal (máximo 30 días).
b) No es trasladable al consumidor.
c) No impacta en el productor.
d) Al ser en cascada ascendente obliga a formalizar la economía.
e) Como parte de la cadena mayorista regulariza a toda la economía y evita la elusión vía definición de responsables inscriptos por los incrementos en los montos facturados.
f) Es de fácil implementación dado que gran parte de la cadena mayorista ya es agente de percepción o retención de impuestos.
Se considera necesaria la sanción de una ley nacional para otorgarle seguridad jurídica a la disponibilidad de los fondos con afectación específica. Posteriormente, la asignación de los fondos se debe realizar en función de las realidades de las economías regionales aunque resultaría conveniente establecer una cifra que se defina anualmente en el Presupuesto Nacional en función de los requerimientos sectoriales.
La medida propuesta está dirigida al mercado de vinos genéricos que representan el 75% de las ventas del mercado interno de lo que el 93% se comercializan a través de almacenes y autoservicios por intermedio de cientos de distribuidores de todo el territorio argentino.
Del diagnóstico surge que hay excedentes estructurales de vinos genéricos por calidad (incorrecta elaboración), por oferta (mercado de elaboración por cuenta de terceros atomizado en miles de productores) y por la actual Ley de Vinos (permite el corte de vinos blancos con tintos).
Fuertes distorsiones en precios originados en fraccionadores de genéricos (para el mismo vino en el mercado de traslado el precio de planchada varía por zona y por cadena de comercialización).
Hoy las distorsiones las paga el productor o el mercado de traslado. El consumidor se beneficia.
Los vinos genéricos principalmente se venden en autoservicios, que sólo trasladan al consumidor las distorsiones.
Los fraccionadores trasladan sus estrategias y valores absolutos (pesos, que no reflejan los incrementos reales de costos).
El límite superior para cualquier medida es el precio de la cerveza como bebida sustituta.
El objetivo perseguido con la propuesta es mantener un óptimo histórico que es que el vino en el mercado de traslado represente el precio pagado por el consumidor. Para ello es necesario transferir al productor en los actuales valores de mercado alrededor de $1, lo que implica una asignación máxima entre $700 y $800 millones.
Scioli opta por la creación del fondo compensador por percepción del IVA o pago a cuanta de otros impuestos en razón de que gran parte de las bodegas ya son agentes de percepción y tienen creado el mecanismo administrativo. El sistema propuesto mejora la recaudación de la AFIP ya que se permitirá fácilmente conocer casos de subfacturación o economía informal mediante el cruzamiento de las declaraciones juradas de venta del mercado interno.