Su llegada fue ovacionada como pocas veces ocurre con los funcionarios. Y su discurso, interrumpido por aplausos en varias oportunidades. No es habitual que hable públicamente, pero en esta oportunidad, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, eligió un ámbito amigable, alineado políticamente, y eternamente agradecido por las políticas impulsadas desde su gestión.
Por lo cual, el ‘malo de la película‘ -como lo presentó en tono jocoso el empresario del cuero, Raúl Zylbersztein- aprovechó el cierre del 1º Congreso Nacional de la agrupación política-empresaria ‘Ministro José Ber Gelbard‘ para ratificar, fiel a su estilo pedagógico, el rumbo de la política de comercio exterior, defender a rajatable el control de las importaciones y ratificar los planes del 1 a 1 -importará sólo el que exporte- y justificar los controles de los precios.
También justificó sus acciones con el INDEC a partir de 2007 con el argumento de que todos los directores del organismo utilizaban la información para luego venderla; admitió que la inflación ‘oficial‘ es alta, pero al mismo tiempo se mostró preocupado por la caída en algunos precios, como ciertos alimentos y los materiales de la construcción. ‘No es una buena señal que hayan bajado los precios‘, enfatizó el secretario.
Un dato llamativo de su discurso es que ni siquiera mencionó los controles cambiarios que se están impulsando desde el Gobierno para cuidar los dólares de la economía. Sí mencionó los controles de las importaciones, necesarios, según él, porque ‘es el único lugar por dónde hay libertad de acción‘, ya que remontar las exportaciones en un mundo en crisis es bastante más difícil. ‘Teníamos que ser fuertes en el sector externo, donde la Argentina siempre fue endeble‘, aseguró.
