El precio del kilo de harina -que impacta directamente en el valor final del pan y otros productos en panaderías y supermercados- se disparó 87,3% sólo en los últimos cuatro meses.
Según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, la harina es el producto que más se encareció entre abril y agosto. El organismo estadístico advirtió además en su último informe que la inflación acumulada en el año es de 15,8%, pero que alcanza un alza de 24,2% si se toman en cuenta los últimos doce meses.
La harina aparece en el segundo lugar en el ranking de subas de precios del último cuatrimestre. El podio está encabezado por el zapallito, que, en esos meses, reflejó un encarecimiento de 177,9%. Pero se trata de un aumento estacional y no estructural, como el de la harina.
La producción de zapallitos sufrió una fuerte merma por las fuertes heladas y los fríos intensos en varias zonas del país, por lo que sólo durante el mes pasado su valor había subido 102 por ciento. Incluso desde el Mercado Central, que está bajo la órbita del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, habían recomendado no comprarlo.
El organismo estadístico porteño publicó los precios de todos los productos y servicios que mide. Según esos datos, el kilo de harina pasó de costar $ 3,39 en abril a unos $ 6,35 el mes pasado.
El precio del pan ya había sido noticia en julio. En ese momento, el kilo llegó a costar casi $ 20. Moreno selló entonces un acuerdo con la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) y el Centro de Industriales Panaderos para vender hasta seis piezas de pan Felipe a $ 10 el kilo. En ese momento los panaderos estimaron que ese acuerdo era difícil de cumplir por los altos costos.
Entre los primeros 16 productos con mayores alzas en el último cuatrimestre relevados por la agencia que dirige José Donati aparecen -además de la harina- varios panificados, lo que, a primera vista, parece una clara muestra de los graves problemas de producción y, en consecuencia, de escasez que sufre ese mercado intervenido desde hace años por Moreno.
En la lista confeccionada por la dirección estadística se destacan los aumentos de abril a agosto en el paquete de medio kilo de pan rallado (22,4%), la docena de facturas (20,3%), el kilo del plan francés tipo flauta (20%), la bolsa de pan lacteado blanco de 360 gramos (17,1%) y el paquete de 500 gramos de fideos secos largos (16,3 por ciento). Todos sufrieron variaciones más elevadas que la que registra el acumulado de todo el año en la ciudad.
Además de los panificados, aparecen fuertes subas en otros productos como las verduras. Aumentaron el kilo de tomates redondo (71,2%), el de tomates perita (64,2%), el de ají morrón (53%) y la lechuga criolla (33,4%). También mostraron importantes aumentos la bolsa de 500 gramos de lentejas (20,1%) y el litro de leche entera (19,5 por ciento).
Para agosto, la dirección de estadísticas porteña estimó un alza del nivel general de inflación de 2,1 por ciento. Fue la misma registrada por el índice de precios que divulgan las consultoras privadas desde el Congreso. En cambio, el Indec había divulgado una suba de 0,8 por ciento.
"Durante el mes pasado, en el alza mensual de los bienes incidieron mayormente las subas en los precios de los alimentos y bebidas, de los productos de limpieza y de los artículos de tocador, mientras que los servicios reflejaron las alzas en los restaurantes y bares, el ajuste tarifario del viaje en taxi y los incrementos en los servicios educativos", explicaron en su informe los técnicos de la ciudad de Buenos Aires. Desde el mismo despacho agregaron: "En términos interanuales, los bienes se aceleraron 1 punto porcentual por encima del alza del mes previo, hasta 23,6% interanual, mientras que los servicios redujeron su ritmo de aumento 1,5 puntos respecto de julio hasta 24,7% en lo que va del año".