Las dos mayores compañías agroquímicas –Dow y Dupont- se han fusionado, en un acuerdo (M&A) por 130.000 millones de dólares. Es un punto de inflexión en la historia del capitalismo norteamericano, centrado en las actividades agroalimentarias de alta tecnología. Prevé una reducción de costos de 3.000 millones de dólares anuales, con una mejora de 30.000 millones de dólares en el valor de los activos.
Las dos compañías sumadas (117.000 empleados) producen 17 por ciento del total mundial de pesticidas, 41 por ciento de las semillas de maíz y 38 por ciento de las de soja. Surge así el mayor conglomerado agroquímico del mundo.
Las firmas tienen más de 100 años de historia y les resulta cada vez más difícil crecer orgánicamente (expansión de las actividades tradicionales) y experimentan una disminución de la tasa de crecimiento marginal y menores retornos en relación al capital invertido.
De ahí que hayan decidido que se dividirán en tres firmas independientes tras fusionarse, orientadas a nuevas actividades; y colocarán en ellas la masa de la inversión en investigación y desarrollo científico y tecnológico. La innovación no proviene hoy de las grandes compañías que crecen orgánicamente, sino de start-ups (nuevos emprendedores) de alta tecnología.
En 2015, las fusiones y adquisiciones (M&A) alcanzaron en el mundo a 4 billones de dólares, y en Estados Unidos a 2,12 billones de dólares, en una tendencia que se duplicaría en los próximos 10 años.
El hecho de que Dow y Dupont hayan ingresado en una fase de rendimientos decrecientes se revela en que más de la mitad de la inversión de capital destinada a investigación y desarrollo produce menos de un tercio de los ingresos.
El objetivo ahora es que la masa de la inversión en investigación y desarrollo se dirija a nuevas actividades, que puedan producir la mitad o más de sus ingresos.
La fusión y posterior fragmentación de DowDupont es un ejercicio de “destrucción creadora”, destinado a recuperar la capacidad de inversión a través de un drástico proceso de reducción de costos, para luego orientarla a nuevas actividades de mayor productividad.
Hace 10 años, era nueve el número de aerolíneas norteamericanas, y ahora son cuatro; las grandes compañías aseguradoras eran cinco, y se han reducido a tres. Estados Unidos experimenta el mayor proceso de consolidación/concentración de su historia.
La fragmentación en tres nuevas compañías está destinada a “crear poderosas y concentradas industrias de punta capaces de invertir el capital más efectivamente en nuevas y vigorosas innovaciones de alto nivel de productividad”.
Las tres nuevas empresas, ante todo la agrícola, se convertirían en líderes de su actividad, necesariamente de alcance global.
La fusión de Dow y Dupont ocurre cuando la industria química experimenta el mejor momento de los últimos cincuenta años, debido a que la explosión de shale gas/shale oil ha derrumbado en Estados Unidos los costos de esta actividad.
Los valores del insumo gasífero han caído más de 40 por ciento en los últimos tres años; y para aprovechar esta extraordinaria ventaja comparativa, es preciso ahora reestructurar la industria, en un doble movimiento de concentración y fragmentación, destinado a concentrar todos los esfuerzos en la innovación especializada.
Se trata de establecer un solo objetivo, de crear una sola empresa, para luego fragmentarla.
Clarín